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Grupos racistas incendian iglesias de comunidades negras en el sur de EE UU

Antonio Caño

Una oleada de incendios de iglesias mayoritariamente ocupadas por congregaciones negras en el sur de Estados Unidos ha recordado a la población y a las autoridades que la violencia racista sigue siendo una amenaza en esa región, y que el Ku Klux Klan y otras organizaciones similares están vivas y activas. El presidente Bill Clinton anunció ayer medidas para poner fin a esa cadena de atentados que han destruido ya más de treinta iglesias en varios Estados sureños en el último año.El último de los incendios, claramente provocados, ocurrió el jueves por la noche en Charlotte (Carolina del Norte), donde un santuario presbiteriano con 93 años de antigüedad fue convertido en cenizas por personas no identificadas, aunque aparentemente vinculadas a grupos de extrema derecha.

"Está claro que la hostilidad racial es la fuerza conductora de un cierto número de estos incidentes", declaró Clinton en su discurso radiofónico de los sábados. El presidente añadió que, sin embargo, no existen todavía pruebas de una conspiración nacional contra la iglesias negras.

Las iglesias son, sobre todo en los Estados del sur, los principales centros de reunión de las comunidades negras y símbolo de su identidad. En muchas ciudades y pueblos en los que los negros sufren diariamente el acoso de la violencia, las drogas y la marginación, su iglesia representa el único punto de encuentro con la paz. Ese, pues, es el blanco elegido por quienes pretenden exterminar esa raza o condenarla a una marginación aún mayor.

El presidente Clinton dijo ayer que "esto debe de terminar". Prometió que 200 agentes federales trabajarán con las autoridades locales en la identificación de los agresores, y anunció su apoyo a una ley que permita rápidos procesamientos y contundentes castigos a los culpables de ese delito.

Atmósfera de odio

Algunas organizaciones de derechos civiles han pedido acciones más concretas contra grupos nazis y de supremacistas blancos. Y el reverendo Jesse Jackson ha culpado de esta oleada a "la atmósfera de odio" creada por los republicanos desde el Congreso y a la permisividad con la que actúan los jueces. "Da la impresión de que en esto están implicados los del traje gris, con su legislación antiderechos civiles en el Congreso, los de la toga negra, con su permisividad en los tribunales, y los de las caperuzas blancas hacen los incendios", ha declarado Jackson.Desde que los incendios comenzaron han sido detenidas alrededor de una docena de personas vinculadas al Ku Klux Klan y otros grupos extremistas, pero a ninguna se la ha podido probar conexiones con los atentados. Ante esta lentitud en la investigación;- distintas organizaciones humanitarias están planeando demandas judiciales contra las organizaciones supremacistas de acuerdo con las leyes sobre derechos civiles.

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Varios sacerdotes de iglesias negras tenían previsto reunirse este fin de semana con la fiscal general, Janet Reno, para buscar las vías de acción contra los sospechosos. Éstos suelen encontrar protección entre la población blanca de los pueblos en los que actúan y, muchas veces, de las propias autoridades de esos lugares, donde la integración racial es todavía un sueño incompleto.

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