Pujol dice que hay clara influencia de CiU en el plan del Gobierno

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, manifestó ayer que las medidas del Gobierno -publicadas ese mismo día en el BOE- están destinadas a relanzar la economía real y completan los acuerdos del ejecutivo catalán para potenciar la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales, Pujol relacionó las medidas del Gobierno con los retoques presupuestarios emprendidos por la Generalitat. "Confiábamos en que lo que nosotros no pudieramos hacer para favorecer la economía productiva, lo hiciera el Gobierno, como sucedió en los acuerdos del Consejo de Ministros del viernes". El presidente de la Generalitat aseguró que en esas medidas hay "una clara influencia de CiU".Para el ministro de Trabajo, Javier Arenas, las medidas serán muy importantes en materia laboral porque el Gobierno ha pensado especialmente en los pequeños empresarios, "que son los que crean más empleo", y para los sectores desfavorecidos. El ministro añadió que la liberalización de los servicios mejorará su calidad y bajará el precio por la competencia entre las empresas que los prestan. Por su parte, el coordinador general del PP, Ángel Acebes, acusó de "hipócritas" a quienes critican las nueva directrices del Consejo de Ministros ya que no están dirigidas a las grandes empresas sino a las pequeñas.

Críticas de Méndez

En cambio el líder de UGT, Cándido Méndez, cree que "Ias decisiones del Gobierno son enormemente negativas, porque van a contribuir, desde el punto de vista fiscal a mejorar la situación económica de quienes no lo necesitan, de una minoría de población y, sin embargo, no. tienen en cuenta los intereses de la mayoría de los ciudadanos y los problemas reales que tiene nuestro país", informa Juan Méndez. El cree que ese plan no va a mejorar el empleo ni a reactivar la economía, y por contra "van a crear una gran incógnita de cara a los presupuestos de 1997. "¿Dónde va a meter la tijera el Gobierno para compensar ese recorte de ingresos que producen estas medidas? ¿Cómo van a alcanzar ese teórico 3% de déficit a finales de 1997?", se preguntó Méndez, quien aseguró que los sindicatos se situarían radicalmente en contra de que el recorte se pueda producir en el gasto social". Por su parte, el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, situó las medidas "en la línea de un Gobierno de derechas". "Definitivamente se han quitado la máscara y el título de centristas", dijo Guerra, quien calificó la decisión como "una política elitista, dirigida a los poderosos, es decir, una política de derechas derechista".