Peres y Netanyahu estudian si es posible en Israel la gran coalición
La primera reunión tras las elecciones del 29 de mayo entre Benjamín Netanyahu y Simón Peres produjo ayer indicios de que ni el derechista primer ministro electo ni su predecesor laborista han descartado la posibilidad de dar a Israel otro Gobierno de unidad nacional para otorgarle por lo menos un aspecto de continuidad al proceso de paz en Oriente Próximo. Mientras, los árabes aceleran gestiones en varios frentes para adoptar una postura común frente a la nueva realidad de Israel.
Netanyahu y Peres todavía no han dicho nada concreto, pero de sus campos comienzan a surgir voces que apoyan la idea. El ex primer ministro Isaac Shamir, uno de los grandes del Likud, que se comprometió a trabajar por la paz en la conferencia de Madrid de 1991, recomendó la fórmula "para unificar al país" tras la victoria de Netanyahu por menos del 1% de los votos."No es fácil, pero la situación lo recomienda", dijo Shamir a la radio israelí. Aludía a la profunda y dramática división que los comicios revelaron en la sociedad israelí y la mayoritaria y manifiesta desconfianza árabe sobre el futuro del proceso de paz.
La reunión debió haber sido cordial. Netanyahu y Peres aparecieron sonrientes ante los fotógrafos. El primero dijo algo que los analistas interpretaron como confirmación de que el vencedor, de 46 años, y el vencido, de 73, están hablando mucho más que de la simple transferencia del poder. Netanyahu señaló enigmáticamente que se habían logrado "importantes acuerdos".
Los laboristas, que desde el lunes contemplan la idea de un Gobierno de unidad nacional, han comenzado a preparar el terreno. Yosi Beilin, miembro del Gabinete de Peres y figura clave que cree que el proceso de Oslo puede materializar las aspiraciones palestinas de un Estado independiente, dijo que si la propuesta es respetuosa sería un error rechazarla". Varios ministros, incluyendo el de Exteriores, Ehud Barak, comparten esa opinión.
Negociación de Gobierno
Benjamín Netanyahu, que durante su campaña sugirió que invitaría a los laboristas a entrar en el Gobierno, continuaba ayer negociando con sus aliados de la derecha, el centro y los partidos religiosos a fin de presentar su equipo al nuevo Parlamento, probablemente, dentro de 12 días. Ése es el plazo que se dan los árabes para lograr una estrategia unificada.El rey Hussein de Jordania recibirá hoy al presidente palestino, Yasir Arafat, y al egipcio, Hosni Mubarak, en el balneario de Áqaba, sobre el mar Rojo, para analizar los posibles escenarios que plantea el inesperado triunfo del Likud en Israel.
Sirial, cuya ausencia en la cita de Aqaba refleja la precariedad de las relaciones entre Ammán y Damasco, despachó a su ministro Faruk al Shara a Riad para plantear a los saudíes la necesidad de convocar a una cumbre de líderes de los países con frontera con Israel y ampliar después las consulta con los reyes y emires del golfo Pérsico. Fuentes próximas a la delegación de Al Shara, que viajó acompañado de su colega egipcio Amer Musa, dijeron que Siria apoyaría la idea de que esas consultas se realicen en Yeda.
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