El túnel más tenebroso se alicata
Por ahí pasó borracha Victoria Abril en una escena de la dura película Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, de Agustín Díaz Llanes. Es uno de los trasbordos de Diego de León, y el túnel más mugriento del metro de Madrid, el de aire más tenebroso. Con sus 400 metros, también de los más largos. Desde hace 15 días, la pavorosa pintura verde menta que lo envolvía está siendo sustituida por unos azulejos blancos que le quitarán literatura pero le devolverán claridad, informa Antonio Jiménez. Con buen oído poético, los técnicos llaman al túnel "cañón de correspondencia", y a la operación, "mejora de alicatado e iluminación". A lo largo del verano se terminará la obra.
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