Hezbolá mata a otros cuatro soldados en Líbano
Una emboscada de la guerrilla islámica de Hezbolá contra las tropas de ocupación israelíes en Líbano dejó ayer un saldo de cuatro soldados muertos e intensificó las tensiones en el flanco norte de Israel, según fuentes de la seguridad libanesas. El ataque en el centro del pueblo libanés de Marjayún plantea un dilema para el nuevo Gobierno israelí, que ha prometido seguridad para todos sus ciudadanos en todos los frentes.El portavoz del ejército israelí en Jerusalén no confirmó ni desmintió los escuetos informes de la emboscada, la operación más audaz y contundente de la guerrilla desde que Israel trató infructuosamente el mes pasado de destruir el movimiento proiraní Hezbolá en la operación Uvas de la Ira. En un comunicado difundido en Beirut, Hezbolá dijo que el ataque fue una represalia por aquella ofensiva israelí que dejó cerca de 200 muertos, en su mayoría civiles, más de la mitad de ellos en la matanza de Qana.
Las bajas israelíes se produjeron cuando la patrulla fue alcanzada por la explosión de dos bombas activadas por control remoto, dijeron las fuentes libanesas. Marjayún es el cuartel general del llamado Ejército del Líbano del Sur (ELS), la milicia entrenada, armada y financiada por Israel para proteger lo que define como su zona de 'seguridad al norte de la frontera internacionat.
Hezbolá es uno de los principales desafíos a que deberá enfrentarse el Gobierno israelí que surja de las elecciones del miércoles. Los guerrilleros islámicos han dicho que su campaña contra el ELS no está supeditada al actual proceso político en Israel, pero algunos analistas israelíes señalan que Hezbolá va a tratar de poner a prueba al nuevo liderazgo israelí. Las bajas de ayer eleva a 10 el número de soldados muertos en el Líbano este año.
Este ataque también plantea la posibilidad de que se ejerzan nuevas presiones sobre el Gobierno de Beirut para que salga al paso de acciones que podrían provocar nuevas represalias contra Líbano. Anoche era todavía pronto para saber, si el Gobierno del primer ministro Rafik Hariri está tratando de contener las actividades militares del Hezbolá, que es apoyado por Siria. El diálogo entre Hezbolá y Hariri sufrió una abrupta interrupción hace dos días, cuando el primer ministro acusó al movimiento de tratar de "usurpar" funciones públicas y de actuar en detrimento de la seguridad y la estabilidad nacionales. En lo que ha sido interpretado por muchos como el comienzo de un período de fricciones, Hezbolá dijo que el Gobierno de Hariri "está clavando un puñal en las espaldas de la resistencia patriótica".
