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Juppé rechaza el ultimátum de los nacionalistas corsos y promete firmeza

Enric González

El primer ministro francés, Alain Juppé, rechazó ayer el ultimátum planteado por el Frente Nacional de Liberación de Córcega (FNLC) histórico y prometió firmeza contra el terrorismo de los nacionalistas radicales.Juppé aprovechó un debate parlamentario urgente sobre el problema corso para rectificar la política de diálogo con las organizaciones clandestinas iniciada en enero pasado sin otro resultado hasta ahora que una escalada en el número de atentados y en la importancia de las reivindicaciones.

"He dado consignas de firmeza a la policía anunció el primer ministro. Los sindicatos policiales y las organizaciones judiciales en Córcega denunciaron en las últimas semanas su incapacidad para hacer cumplir la ley en la isla por falta de medios y, sobre todo, por los frenos impuestos desde París a las investigaciones que podían interferir en las negociaciones secretas entre el Gobierno y los elementos clandestinos.

La isla de Córcega viene sufriendo una media de 500 atentados anuales, casi todos ellos ataques contra edificios oficiales.

Juppé, molesto por el ultimátum que lanzaron los nacionalistas el pasado día 13, en el que el FLNC histórico le exigió pruebas de buena voluntad, y visiblemente irritado por las condiciones planteadas el lunes por un dirigente nacionalista (reconocimiento del pueblo corso, relanzamiento económico, reforma administrativa y sistema educativo específico con enseñanza obligatoria del corso), dijo que restablecer el orden público en la isla constituía la máxima prioridad de su Gobierno.

"No acepto que Córcega sea un territorio sin ley", dijo, acusando de "extorsionistas" a los miembros del FLNC histórico, el grupo clandestino con el que más ha negociado este año su ministro del Interior, Jean-Louis Debré.

El primer ministro Juppé descartó todo tipo de reforma administrativa y afirmó que "con el restablecimiento de la ley" y la conversión de Córcega en una zona franca a partir del próximo mes se relanzaría la economía insular.

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