Valencia, seis jurados recusados

¿A usted le parece bien el jurado? ¿Es hogareño? ¿Se lleva bien con su mujer? ¿Es puntual? ¿Le han pillado alguna vez mintiendo? ¿Confía en la policía? ¿Cree que la mayoría de las personas que llegan a juicio son culpables?... Los miembros del jurado se ganaron ayer a pulso la dieta de 9.300 pesetas por su participación en el juicio que comenzó en Valencia y que continua hoy.La selección definitiva de los nueve jurados (y dos suplentes) que determinarán la inocencia o culpabilidad de Antonio Millán Mayor, de 55 años, acusado de un allanamiento de morada, duró casi dos horas y media. La fiscal y los abogados de la acusación particular y la defensa sometieron a 17 posibles candidatos a un interrogatorio tan exhaustivo, y al final, tras dos sorteos y rondas de preguntas, habían recusado entre todos a seis.

Los juicios con jurado sólo pueden empezar si comparecen al menos 20 de los 36 ciudadanos elegidos por sorteo para cada vista. Ayer acudieron 23, porque el resto no cumplía los requisitos o presentó una excusa aceptada por la ley, dos no fueron localizados y dos habían muerto. Antes de formar el jurado, la acusación y la defensa, al hilo de las contestaciones de los candidatos, pueden renunciar a un total de ocho que, en definitiva, no responden al perfil que conviene a su planteamiento del caso. La ley no obliga a explicar el por qué de la recusación.

Policía infalible

Ayer, la defensa de Antonio Millán rechazó a un candidato que no cree que la policía cometa errores, a una empleada de banca, un ebanista, y un físico que dijo, entre otras cosas, que no se suele llegar a un banquillo "por azar". La fiscal y la acusación particular, con derecho a recusar a otros cuatro entre ambos, prescindieron de un metalúrgico, y de un camarero que piensa que existen delitos justificables.Entre tanta pregunta, el que pasó más inadvertido fue el acusado, quien a su llegada a la Audiencia no dudó en reiterar que estaba "comodísimo" y que confía "en el pueblo valenciano", en alusión al jurado.

La fiscal y la acusación particular, que piden de uno a cuatro años de prisión, afirmaron que Hilaria Peón García había prohibido al acusado, con quien había tenido una relación de amistad y trabajo, que le visitara en su casa, pero que él no respetó su intimidad y rompió un ventanal el 23 de diciembre de 1995 para entrar violentamente en su hogar.

La defensa, por el contrario, aseguró que Antonio era la víctima. Había tenido una relación de pareja con Hilaria y son suyas las dos hijas que viven con la mujer. Había pedido permiso para buscar algunas pertenencias en la casa y fue atacado por dos desconocidos. Luego rompió el ventanal para huir. El propio Antonio afirmó que intentaron matarle.

Tras la presentación del caso por las partes, a la americana (con libertad de movimiento por la sala), la declaración de Millán y de dos forenses, el magistrado-presidente del tribunal, Juan Luis de la Rúa, mandó a casa a las cinco mujeres y cuatro hombres del jurado, que volverán hoy para una segunda sesión.