"La realidad social evoluciona a un ritmo superior al de los partidos"
En mes y medio, Rafael Ribó ha dado dos conferencias con un denominador común: la necesidad de revisar las relaciones entre la izquierda desde la perspectiva de la renovación y, ¿por qué no?, de una posible unidad. Las reacciones han ido de la coincidencia a la oposición frontal. Hay quien le acusa de copiar la experiencia triunfadora en Italia de El Olivo.Pregunta. ¿Propone usted El Olivo a la española?
Respuesta. Yo pronuncié una conferencia en Madrid el 25 de marzo. El Club Siglo XXI las programa con medio año de antelación. Cuando se programó no sabíamos que habría elecciones, y menos que las habría en Italia. Mi intención era hacer tres planteamientos: Establecer la necesidad de diálogo de las izquierdas sobre la base de que hace falta una renovación de su discurso. Insistir en la necesidad del sentido común de la izquierda, lo que significa querer encontrar un común denominador. El tercer mensaje era que la, izquierda debe ser proclive a lo federal. La tesis central es que los pactos entre el PP y CiU no son tan analizables por parte, de la izquierda por su contenido autonómico como por su contenido social. El Olivo viene después. Yo no soy partidario del mimetismo, aunque acepte la conveniencia de inspirarse en la experiencia italiana.
P. ¿Qué hay que aprender de Italia?
R. Dos cosas. La primera, una gran lealtad a la diversidad. En El Olivo hay muchas fuerzas. políticas, incluidas algunas que no son claramente de izquierdas, y se respetan entre sí. No es un proyecto de absorción. Esto significa que tienen soluciones diversas para problemas concretos. La segunda es una gran apertura a la sociedad.
P. Su punto de partida es que en España hay una nueva etapa.
R. Hay un Gobierno de derechas. Creo que es un error pensar que el gobierno de la derecha será un breve paréntesis. Y en la medida en que tardamos en instalarnos en esta nueva etapa, estamos favoreciendo la consolidación del gobierno de las derechas. Creer que esto va a ser breve porque la izquierda es imprescindible para el futuro del país es o falta de reflejos o prepotencia. Y esto se traduce en actuaciones como "no toquemos a Pujol porque pronto volveremos a La Moncloa". IU mantiene que ya había una derecha con el PSOE y que Aznar es más de lo mismo. No es verdad. Hay un cambio cualitativo hacia políticas conservadoras y el currante notará estos cambios.
P. Ponga un ejemplo.
R. El criterio, expresado por Aznar, de que lo privado es la salvación de este país mientras que lo público es ineficaz. No tengo nada contra los hospitales o las escuelas privadas, pero estoy convencido de que estos servicios no pueden estar a merced del mercado, sino que deben ser garantizados por los poderes públicos.
P. Usted propone empezar el diálogo por Cataluña, ¿por qué?
R. En Cataluña ha habido siempre una gran tradición unitarista. Aquí se dio la Entesa. Era una lista conjunta de la izquierda y ganó en todas las circunscripciones.
P. Hace unos días, el alcalde de Roma decía que la base del triunfo de El Olivo es la experiencia de pactos municipales.
R. Ésa es una de las premisas para que la renovación de la izquierda avance: que demostremos, donde gobernamos juntos, que lo hacemos de forma más avanzada que la derecha. Y donde no gobernamos, es imprescindible que empecemos a alcanzar acuerdos.
P. Y el horizonte es 1999.
R. No digo que en esa fecha todo tenga que estar hecho. Lo que digo es que probablemente hasta esa fecha no habrá elecciones. Podemos discutir en serio la nueva situación política, los cambios socioeconómicos europeos y españoles, por qué los jóvenes votan a la derecha, por qué la derecha gana en barrios sociales, por qué recibe el voto urbano y el rural es para los socialistas...
P. El diálogo es la primera fase. ¿La segunda son las listas conjuntas?
R. Es remover el panorama político de la izquierda. Debemos dirigimos a todas las organizaciones progresistas. Buscar una alternativa para entrar en una tercera fase. Entonces se podrá hablar de programas sobre la base del análisis anterior. Y tras el programa, tras el acuerdo, podremos hablar de las formas más útiles para presentarse a las elecciones.
P. Pero toda esta propuesta no deja de ser un reconocimiento de que hay una gran distancia entre las demandas sociales y las ofertas de la izquierda.
R. Yo creo que la realidad social evoluciona a un ritmo superior al de los partidos. El primer punto en el que debemos plantar batalla es el de los valores. A veces vamos a remolque y estamos lejos de las demandas de los nuevos colectivos sociales.
P. Su propuesta ha provocado la discrepancia de Izquierda Unida. ¿Habrá que revisar las relaciones, como sugiere Anguita?
R. Tengo muy claro que el proyecto político que defiendo está implicado en una política a nivel de Estado. Tal como veo la política, si quiero ser útil para solucionar los problemas de una serie de sectores de Cataluña he de implicarme en la política estatal y europea. A esto hay que añadir que las relaciones entre Cataluña y España, como hecho histórico, son conflictivas. Pero esto, me lleva a proponer, con voluntad transformadora, un mejor modelo de encaje de Cataluña en España. Y este conflicto también se produce entre IU e IC. Es una relación que yo deseo, pero que sé que será conflictiva. Lo que no admito es que se descalifiquen las discrepancias con IU diciendo que no queremos saber nada de los problemas del Estado. Eso es confundir los planos.
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