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Una juez interroga a testigos del caso de la mujer que dió a luz en su retrete tras pasar por el Doce de Octubre

Cinco mujeres comparecieron ayer ante la juez que instruye las diligencias sobre el caso de Yolanda Rodrigo, la joven que el pasado 19 de enero dio a luz en el retrete de su domicilio, sólo unas horas después de haber abandonado la consulta de ginecología de hospital Doce de Octubre en la que se le efectuaba el seguimiento del embarazo. La juez trata de averiguar si el hospital cometió alguna negligencia.De las cinco testigos, sólo una de ellas pudo aportar algún dato sobre lo ocurrido; las otras cuatro se limitaron a decir previamente a la secretaria judicial que ellas no recordaban haber visto a Yolanda en la sala donde se practicaba la revisión de embarazos.

La juez había citado a estas mujeres porque el propio hospital Doce de Octubre dio sus nombres, al coincidir en hora y día con la revisión realizada a Yolanda. La única mujer que recordaba algo de aquella fecha dijo que Yolanda no habló con nadie durante su estancia en el centro, "ni siquiera con la doctora que le atendió", según informó a la salida del juzgado el letrado defensor de Yolanda, Juan Luis Benlliure.

La misma testigo señaló que ella no escuchó en ningún momento quejarse a Yolanda, ni tampoco manifestar si sentía las contracciones previas al parto. El letrado declaró que, de momento, no se propone formular ninguna acusación contra nadie.

La comadrona y la doctora que atendieron a Yolanda declararon ante la juez el pasado, mes de abril. Ambas negaron que la paciente manifestara sufrir dolores, y añadieron que no tenía síntomas de que fuera a dar a luz horas más tarde.

Yolanda, con cierto grado de deficiencia mental, acudió a primera hora del día 19 de enero al hospital Doce de Octubre, donde se le controlaba el embarazo. Allí le indicaron que el embarazo tenía un desarrollo normal y Yolanda regresó a su casa. Pero sólo unas horas después sintió deseos de acudir al baño, se sentó en el retrete y poco después se daba cuenta de que acababa de dar a luz. La cabeza del bebé quedó incrustada en el sifón del inodoro y murió asfixiado.

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