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Concluye el juicio de los acusados de quemar a cinco 'ertzainas'

Aurora Intxausti

El fiscal jefe de San Sebastián, Luis Navajas, ha mantenido su calificación de cinco asesinatos en grado de frustración contra los tres jóvenes procesados bajo la acusación de haber quemado a cinco ertzainas en marzo de 1995, en Rentería (Guipúzcoa), al atacar con cócteles molotov la furgoneta policial en la que se desplazaban y cuyo juicio quedó ayer visto para sentencia en el Palacio de Justicia donostiarra.La pena total solicitada por el fiscal para los tres es de 335 años de prisión e incluye una indemnización para las víctimas de 400 millones de pesetas. La acusación particular, que actúa en nombre del Gobierno vasco, pide 591 años. Los letrados encargados de la defensa solicitan la libre absolución de sus clientes.

En sus conclusiones, Navajas sostuvo ayer que el ánimo de Aitor García Sánchez, Unai Erquis y Jon Ander González era el de matar cuando convirtieron al vehículo policial en una bola de fuego. En su opinión, son "víctimas de su propio fanatismo e irresponsabilidad".

El fiscal manifestó su absoluta convicción de que los procesados tuvieron una intervención directa en la agresión contra los ertzainas, como consecuencia de la cual cinco de ellos resultaron quemados, uno de extrema gravedad, y dos mujeres fueron atropelladas y sufrieron lesiones de las que todavía no se han recuperado. Para ello se basó en los testimonios de los dos agentes que dijeron ver a los acusados en el lugar de los hechos.

"¡Ahora, ahora!"

Ambos afirmaron haber oído a González avisar, a los restantes componentes del grupo, al paso de la furgoneta, con el grito de "¡ahora, ahora!" y visto a García y Erquis cubrirse el rostro y lanzar objetos contra ella. Estos testigos de cargo conocían a los procesados antes del suceso porque, según dijeron, estaban adscritos al grupo de investigación y los acusados habían participado en acciones de simpatizantes de ETA.Además del delito de asesinato en grado de tentativa, el fiscal considera que los tres jóvenes cometieron también un delito de atentado al agredir a varios agentes. Un ataque que, en su criterio, se produce de manera sistemática por grupos de violentos "en el momento en el que se asigna a la Ertzaintza una serie de funciones que está dispuesta a cumplir con absoluta normalidad" y que, al mismo tiempo, la con vierten en un elemento a acosar porque daña los intereses de ese sector de la población.

Navajas se reservó el derecho de presentar las acciones pertinentes por falso testimonio contra los abogados de los procesados.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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