Santiago Miranda: "Diseñar es cocinar"
Los diseñadores Santiago Miranda (Sevilla, 1947) y Perry King (Londres, 1938) presentaron ayer, en el Istituto Europeo di Design, de Madrid (Larra, 14), una selección de sus objetos y proyectos realizados en los últimos 15 años desde su estudio de Milán. "El diseño tiene mucha relación con la comida, en el paso del mundo natural al artificial; cocinar es diseñar", declararon antes de dialogar con Francisco Jarauta sobre Nuevas tecnologías y olla podrida.Lámparas, ventiladores, grifos, sillas, teléfonos y lugares de trabajo aparecen como objetos y procesos de diseño industrial, concebido "como una práctica que considera cada objeto como emisor de señales estructurales y culturales y estimulador de respuestas funcionales y emocionales". Santiago Miranda (Iámparas Lucero en la Expo 92 de Sevilla) prefiere identificar el diseño, después de una práctica de 15 años, como una olla podrida, con la exacta participación de diversos elementos y el sabor determinante de algunos de ellos.
Uso cultural
"La industria pide objeto s para el. consumidor medio pero la polémica actual del diseño se centra en el consumidor final, y en nuestro trabajo defendemos la idea de una tecnología humanizada", dice Miranda. "Lo más importante es el uso cultural del objeto, introducir esos objetos en una red de señales. En los años setenta y ochenta el diseñador modificaba materiales, pero ahora transforma conceptos. Se habla del diseño en el ámbito de la cultura y en el económico, pero sobre todo hay que defender a un consumidor inteligente".El concepto antes de la forma. Así entienden el diseño, y en la exposición -abierta hasta el 3 de junio- se pueden ver objetos donde se han resuelto problemas como el ruido en un acondicionador de aire. "También hay que establecer relaciones de complicidad con el cliente y con la industria, como un cocinero distribuye varias tareas a los pinches". "No creemos en un diseño imperial, sino democrático, en contacto con las personas y con un respeto ecológico".
King y Miranda comparten ideas y estudio desde 1971, pero desde 1990 han ampliado el diseño europeo con la creación de EDEN, con otros centros en Amsterdam, Berlín y Copenhague. "A diferencia de los años ochenta, donde se ejercía un colonialismo cultural con el lema de 'el estilo es el cliente', queremos extender la creatividad cultural en un tipo de diseño que respete las características de cada país".
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