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"Las matemáticas son las ciencias más honradas"

Alfredo Peris tiene 29 años y ama las matemáticas desde la EGB. En la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, donde es profesor interino del departamento de Matemáticas Aplicadas, recibió con sorpresa hace unos días la noticia de que el prestigioso Premio Internacional Lucien Godeaux de Matemáticas, que concede cada cinco años la Société Royale des Sciences de Lieja (Bélgica), había recaído en él. Un premio con el que se reconoce su labor investigadora en el campo del análisis funcional, centrada principalmente en el estudio de los espacios de Fréchet.Mientras asimila la noticia Peris bromea sobre el destino que dará a los 75.000 francos belgas (unas 300.000 pesetas), que deberá repartir con un profesor suizo especializado en los temas en los que trabajó el propio Godeaux.

Cuando terminó la carrera de Ciencias Matemáticas, "que dejaron de llamarse Exactas cuando se demostró que no siempre lo eran", Peris consiguió una beca para terminar su tesis. Y en vista de que en Valencia no existe un Instituto de Matemáticas, este loco de los números contactó con el grupo de Análisis Funcional de la Politécnica, fundado por Valdivia (el padre de las matemáticas en Valencia). Con ellos profundizó en esta teoría, que proviene de las ecuaciones diferenciales y de las derivadas parciales, sin las cuales, dice, "el hombre no habría llegado a la Luna".

Algunos de sus artículos de investigación se publicaron en diversas revistas (Mathematische Annale, de Alemania; Studia Mathematica, de Polonia, y Journal of Mathematical Analysis and Applications, de EE UU, entre otras), hasta que el profesor Bonet, que dirigió su tesis, decidió presentarlo como candidato al premio, con el aval de dos profesores alemanes (K. D. Bierstedt, de la Universidad de Paderborn, y K. Floret, de Oldenburg). "Todos pensábamos que era dificil que me lo dieran, porque se trata de un campo muy teórico y dificil de vender, pero ahora esto me motiva a seguir".

Enamorado de la pesca submarina, Peris no se considera un listillo: "Me gustan las matemáticas, pero no hasta el punto de volverme grillado". Vive en un piso alquilado, aunque vuelve a casa todos los fines de semana, y detesta que se refieran a su generación como los JASP: "Nadie está nunca sobradamente preparado".

Enganchado a la red Internet, que utiliza para acceder a los últimos artículos y para estar en contacto por correo electrónico con sus colegas, Peris destaca una de las virtudes de las matemáticas: "Son las ciencias más honradas y no tienen fin". Hasta la ceremonia de entrega del premio, en octubre, y mientras sueña con la creación de ese Instituto de Matemáticas, se presentará a las oposiciones para profesor titular universitario, aunque confiesa que dar clase "es mucho más difícil de lo que parece".

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