_
_
_
_

La educación es una "cuestión de Estado independiente de los cambios de Gobierno"

Manifiesto de los ministros de enseñanza de América Latina y el Caribe

Representantes de 33 países de Latinoamérica y el Caribe hicieron él pasado viernes un llamamiento para que las políticas educativas se conviertan en un asunto de Estado que no dependa de los cambios de gobierno. Así lo recomienda la Declaración de Kingston, redactada por la séptima conferencia de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, celebrada en la capital jamaicana. Los ministros han analizado el desarrollo del Proyecto Principal de Educación de UNESCO para la región puesto en marcha en 1980.El documento, elaborado por 24 ministros y 9 viceministros de la región, señala la necesidad de "asegurar la continuidad de las políticas públicas" y de generar mecanismos que permitan la estabilidad de los planes educativos.

Para ello, los firmantes proponen un amplio consenso en el que participe todo el espectro social: políticos, empresarios, sindicatos, organizaciones familiares y otros actores sociales, entre los que destaca el papel preponderante de los medios de comunicación.

En cuanto a financiación se refiere, la Declaración de Kinston advierte que ésta es decisiva para la educación, y destaca la necesidad de "seguir incrementando los recursos para el cambio educativo".

Presupuesto insuficiente

"Aunque los gobiernos han aumentado el presupuesto de educación, éste sigue siendo insuficiente en relación al lugar que la educación está ocupando en el desarrollo de los países", señala la resolución. Pero el documento no contiene ninguna referencia a la propuesta de la UNESCO de elevar para fin de siglo al 6,5% del PIB la inversión en educación, que en la actualidad ronda el 4,4%.Según dijo a EFE una fuente cercana a las deliberaciones, concurrieron varios factores para que esta propuesta finalmente no se incluyese en la declaración: por un lado, hay países que tienen ya acuerdos firmados -el caso de Guatemala, con la guerrilla- en los que comprometen cantidades prefijadas; otros -como Cuba- ya invierten en educación un porcentaje más alto de su PIB. Otros están limitados por cuestiones de orden constitucional, y todos, en general, están supeditados para este tipo de decisiones a sus respectivos ministros de Hacienda.

La Declaración de Kingston llama la atención sobre la necesidad de cambiar mentalidades y actitudes y dejar de considerar el aprendizaje como algo de la primera edad, y destaca la importancia que en el nuevo siglo tendrán la educación continuada y la no tradicional.

Entre los fundamentos de lo que denomina "nuevo proceso educativo", se resalta la necesidad de incorporar los valores fundamentales del ser humano al programa de la transformación educativa.

El documento, que insta a la utilización de las lenguas maternas, aunque no sean las nacionales, pero en combinación con éstas, señala que "democratizar la educación es asegurar su calidad y el acceso efectivo a ella", y hace un nuevo llamamiento a la extensión total de la enseñanza obligatoria y gratuita.

Los ministros llaman también la atención sobre la necesidad de "elevar la prioridad política de la educación" y de que se dé solución" a la grave situación personal y profesional de los docentes". A este respecto, el Informe destaca los "muy bajos salarios, malas condiciones de trabajo y escasa valoración social", de los enseñantes, lo que "pone en riesgo la propia viabilidad de los procesos de cambio educativo emprendidos".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_