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EL CASO 'GAL'

'Kike' los mató de tres disparos en la cabeza, según el juez

El juez Gómez de Liaño procesó ayer a los ex guardias civiles Enrique Dorado Villalobos, Kike, y Felipe Bayo Leal como autores de la detención, tortura y asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala y fijó una fianza para responsabilidad civil de 100 millones de pesetas, así como la prisión incondicional e incomunicada de ambos.El auto de procesamiento señala en síntesis lo siguiente. En 1983, altos mandos de los ministerios de Interior y Defensa decidieron responder a ETA, para lo que se planificaron diversas acciones, entre las que figuraban la captura de miembros de ETA residentes en Francia.

Dorado, Bayo y otros, cumpliendo órdenes de sus superiores, -"la identificación de unos y otros depende de datos de muy próxima confirmación", afirma el auto- viajaron a Bayona (Francia) en un Renault 12 de color claro. Localizaron a Lasa y Zabala en la calle Bourgneuf, en compañía de familiares y amigos, les vigilaron y les secuestraron a la 1.30 de la madrugada del 16 de octubre de 1983, cuando salían del domicilio de Manuel Carmona e iban a meterse en un Renault 4 que éste les había prestado.

Más información
Prisión incomunicada para los ex guardias civiles Dorado y Bayo por el asesinato de Lasa y Zabala

Según el auto, Dorado y Bayo comunicaron el secuestro a sus superiores, quienes les ordenaron que trasladaran a Lasa y Zabala al palacio de La Cumbre (San Sebastián) y les encerraran en las habitaciones del sótano que previamente habían sido preparadas para albergarles.

Dorado, Bayo y otros les sometieron a "duros interrogatorios" con los que pretendían arrancarles información sobre miembros de ETA. Durante la detención, les sometieron a "dolores físicos y sufrimientos graves con el fin de castigarles" como venganza por las acciones de ETA. Permanecieron retenidos varios días hasta que, dado su estado lamentable, decidieron darles muerte en un paraje cuya localización fuese prácticamente imposible.

En fecha no determinada Dorado, Bayo y otros, utilizando dos coches, uno de ellos el Renault 12 de Dorado, los trasladaron hasta Busot (Alicante). Al llegar a la fosa los sacaron de los maleteros, los desnudaron dejándoles sólo las vendas y apósitos que llevaban y los colocaron al borde de la fosa.

Dorado realizó tres disparos: el primero, a la cabeza de Lasa, de atrás a delante, y el segundo y el tercero a la cabeza de Zabala, a cañón tocante. Los cuerpos fueron arrojados a la fosa y cubiertos con 50 kilos de cal viva.

El secuestro fue reivindicado por los GAL en una llamada a la Cadena Ser en 1984.

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