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Izquierdosidades

Estuve a punto de quedarme históricamente pasmado cuando se confirmó que un ex director de L'Unità es el nuevo ministro de Cultura en Italia y que mi antiguo conocido Napolitano es ¡ministro del Interior! Nueve ministros del antiguo PCI, vigilados de cerca, eso sí, por Ciampi, el hombre que representa a la gran patronal y por Di Pietro, que se representa a si mismo. Las comparaciones son odiosas, pero necesarias, porque a Rafael Ribó se le ocurrió decir una verdad objetiva y las izquierdas españolas realmente existentes no están para verdades objetivas. Dijo Ribó que en las elecciones autonómicas catalanas de 1999, o la izquierda consigue un acuerdo polifónico o tenemos degaullismo pujolista para el próximo milenio.No planteó el iniciativo las listas únicas, sino el camino que podría llevar a ellas, sin duda a través del vía crucis del programa, programa, programa. Hete aquí que, como respuesta a bote pronto, han reaccionado dos clases de metafísicas, la del socialismo verdadero, que ni se compra ni se vende electoralmente porque no hay en el mundo dinero para comprar los quereres, y la del socialismo catalán, cultivador del posibilismo, que se muerde la cola y regala una y otra vez a Pujol sus mayorías en las elecciones generales. Es evidente que la situación italiana es hija de un sustrato político-cultural no equivalente con el que se da en España, pero lo que desanima de la reacción de las izquierdosidades españolas es la autosatisfacción mental con la que desprecian cuanto ignoran desde escasos 20 duros de fundamentalismo. metafísico o posibilista.

Y si no es pereza mental, es algo peor: el interesado intento de administrar restos de naufragios; para los unos, restos de los camarotes de tercera, y para los otros, de las suites con baño y vals bailable con el mismísimo capitán Nemo.

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