Gerard Mortier: "Lou Reed es hoy mucho más interesante que Pavarotti"

Gerard Mortier, director del Festival de Salzburgo, se reunió ayer en Madrid con un grupo de periodistas, horas antes de pronunciar una conferencia sobre Los festivales de Salzburgo y las perspectivas europeas para el arte en el cielo Topografías del mundo contemporáneo que organiza la Fundación Argentaria. Mortier se refirió en su conversación, entre otras cosas, a las diferencias entre arte popular y arte populista.

Relajado e irónico, mostró su extrañeza de que el Teatro Real se vaya a inaugurar con un título tan poco vinculado a la cultura madrileña como Parsifal. "Quizá sea por la alusión catalana a Montsalvatge", dijo con su demoledor sentido del humor Tuvo comentarios de reconocimiento para Lissner "a quien conozco muy bien", y se mostró elogioso respecto a cómo Domingo canta el personaje de Parsifal.Las alusiones a Pavarotti no se hicieron esperar. "Pavarotti tiene una voz soberbia", dijo "pero las óperas que canta actualmente no corresponden a la aspiraciones de finales de siglo Representan lo que la pequeña burguesía piensa de la ópera, que no es otra cosa que intentar acapararla en exclusividad. ¿A quién interesa, por ejemplo, Andrea Chenier o El elixir de amor? El año pasado invitamos al Festival de Salzburgo a Lou Reed. Desde el punto de vista de las inquietudes de nuestro tiempo es mucho más interesante que Pavarotti".

Se refirió Mortier a la situación actual del arte y la cultura, y precisó que "los artistas son siempre contestatarios respecto a la cultura donde viven". Señaló asimismo las diferencias entre arte popular y arte populista. "El primero expresa la aspiración del público, mientras el segundo va al encuentro del gusto de ese público". Como ejemplos de arte popular citó la Novena de Beethoven, Bach o Los Beatles y como ejemplo de arte populista los recitales de los tres tenores.

Habló también Mortier de la evolución de la tecnología en el arte subrayando que "el crecimiento de la industria cultural no va a generar únicamente problemas de distribución, sino lo que es mucho más grave, problemas de selección de las propuestas más creativas". Para Mortier no existen distancias fundamentales entre cultura popular y cultura burguesa, sino entre "arte bueno y arte malo". Entre las características de la cultura a finales del XX, Mortier señaló también la "necesidad permanente de acontecimientos" y lo que él llamó carácter periodístico de la cultura, es decir, la búsqueda de novedades "para cambiar cada día de noticias".