Los funcionarios de la ONU comenzarán a abandonar el Sáhara en dos semanas

Los funcionarios de las Naciones Unidas empezarán a abandonar el Sáhara Occidental dentro de dos semanas, al haber fracasado el proceso para celebrar un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española, iniciado en septiembre de 1991, según propone el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, en un informe que a partir de hoy será debatido en el Consejo de Seguridad.

Butros Gali, sin embargo, se niega a convertir esta salida en una derrota y, en un intento de salvar la cara, propone seguir con el plan de paz, mantener algunos efectivos en la zona y abrir una embajada (oficina política) en El Aaiún y una representación en Tinduf para facilitar el diálogo entre las partes implicadas en el conflicto.La retirada de los funcionarios de la ONU del Sáhara se efectuará de manera escalonada. En primer lugar lo harán los funcionarios encargados del proceso de identificación previo al referéndum, a los que seguirán los componentes de la policía civil, para culminar con una parte importante de los efectivos militares, según se desprende del informe elaborado por el secretario general de la ONU.

La retirada, sin embargo, no afectará a todos los efectivos, ya que, durante seis meses, Gali Propone mantener un 80% de los representantes militares (230 hombres), cuya misión será la de supervisar el alto el fuego decretado en septiembre de 1991 y garantizar así la permanencia de los 12 puestos de vigilancia existentes en el territorio al tiempo que mantienen el régimen normal de patrullas.

El secretario general de la ONU desea reducir el número de tropas en la región, aunque se mantendrá y garantizará el alto el fuego en la zona, ya que en su opinión la tregua "es uno de los grandes éxitos de Minurso [Misión de Naciones Unidas en el Sáhara Occidental]". Para suplir la reducción de tropas de la ONU en el Sáhara, Butros Gali propone, a medida que se vaya reduciendo el contingente, mejorar las comunicaciones en la zona, teniendo sobre todo en cuenta la extensión del territorio.

Retirada policial

La retirada de efectivos afectará también al cuerpo de la policía civil, dirigida por el general de brigada austriaco Walter Fallmann, que en un principio estaba compuesta por 91 hombres. Una parte de estos efectivos (37 agentes) abandonó ya el Sáhara Occidental el pasado mes de marzo, cuando se comprobó el bloqueo del proceso de identificación y se cerraron los centros de registro electoral, con la salvedad de los de Tinduf y El Aaiún.Un número indeterminado, pero reducido, de esta policía civil permanecerá temporalmente en el Sáhara Occidental. Según el plan de Butros Gali, estos funcionarios estarán en contacto con las autoridades marroquíes y del Frente Polisario con la misión de reorganizar el proceso de identificación en el caso de que éste quedara desbloqueado.

También deberán empezar a salir dentro de dos semanas los funcionarios civiles, estrictamente encargados del proceso de identificación de los votantes. En principio, se marcharán 98 personas. Una parte de este cuerpo, exactamente 35 funcionarios, salió también de la región el pasado mes de marzo, beneficiándose de unas vacaciones inesperadas, que presagiaban que su contrato no sería renovado y expiraría el próximo 31 de mayo.

Pero Butros Gali mantendrá también en la zona una parte mínima de estos funcionarios civiles, cuya misión será la de cerrar los últimos centros de identificación, almacenar los datos recogidos desde agosto de 1994 y trasladar los expedientes a las oficinas de la ONU en Ginebra, donde permanecerán hasta que se desbloquee el proceso.

En su informe remitido al Consejo de Seguridad, Butros Gali insiste en que la salida paulatina de las fuerzas de la ONU del Sáhara Occidental no significará el abandono del plan de paz para la región. Butros Gali asegura textualmente que la ONU "no puede sustraerse a sus responsabilidades". Por todo ello, propone el intercambio y la liberación de detenidos y sugiere, por último, la apertura de una embajada (oficina política) en El Aaiún y una segunda representación en Tinduf, asistida por "agentes políticos" y cuya misión será la, de "mantener el diálogo entre las partes".