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Loyola de Palacio se estrena con grandes cosechas y una fuerte caída de los precios

La producción de cereales para esta campaña, según las previsiones iniciales de la Administración y los datos manejados por el sector, se situará en unos 20 millones de toneladas entre las cosechas de invierno -trigo, cebada, avena y centeno- y de primavera -maíz-. Estas cifras suponen prácticamente el doble de la cosecha de la campaña anterior y es sólo un ejemplo de as buenas cosechas con que se encuentra a nueva ministra, Loyola de Palacio.

Medios del sector han hecho una primera evaluación de la próxima campaña de aceite de oliva por encima de las 550.000 toneladas frente a las 300.000 toneladas de este año. Igualmente, aunque es pronto para hablar de aforos, se espera una buena producción en vino, por encima de los 30 millones de hectolitros, si no hay en los próximos meses desastres climatológicos consecuencia de las heladas.De acuerdo con estos datos, la nueva ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, se estrenaría en Atocha con el final de varios años de sequía y con altas producciones. Esta situación ya está provocando una fuerte caída en los precios de los cereales y se espera suceda lo mismo tanto en vino como en aceite de oliva durante los próximos meses. En medios agrarios se recuerda la coincidencia entre Carlos Romero, inicio de la Administración socialista, y Loyola de Palacio, con el final de un periodo de sequía. En los mismos medios se advierte que no sería positivo, sin embargo, que hubiera más coincidencias entre ministro y ministra, sobre todo en lo que se refiera a la política de concertación, donde Romero practicó un esquema de tierra quemada.

Frente a una producción de cereales de invierno en 1995 de 8,5 millones de toneladas,. las previsiones iniciales de Agricultura se sitúan en 15,8 millones de toneladas, de las que 5,8 millones corresponderían al trigo, 8,9 millones a la cebada y 700.000 toneladas de avena. Según medios del sector, estas cifras se deberían aumentar en este momento un mínimo del 10%, consecuencia de las lluvias de abril y mayo, lo que situaría la producción de cereales de invierno por encima de los 17 millones de toneladas. A esta cifras se sumaría una producción superior a los tres millones de toneladas de maíz, lo que supone rebasar los 20 millones de toneladas.

Actualmente, la cosecha récord está en 1988 con 23 millones de toneladas, si bien hay que tener en cuenta que en aquella fecha no había obligación de abandonar el 10% de la superficie en cultivos herbáceos ni dejar el llamado barbecho tradicional.

Estas previsiones de cosecha, a las puertas de la recolección en Andalucía, se han traducido ya en las últimas semanas en un grave hundimiento de las cotizaciones. En la última campaña, los precios del mercado de cereales, a consecuencia de la sequía y a pesar de las importaciones, llegaron a alcanzar, como cifras máximas, las 30 pesetas/kilo para el trigo y casi las 28 pesetas para la cebada, frente a unos precios de intervención que han oscilado toda la campaña desde las 20 pesetas en un principio a las 21,19 pesetas del mes de abril. La política de importaciones no fue suficiente para rebajar drásticamente los precios tal como reclamaban los ganaderos. Muchos cerealistas optaron por almacenar sus producciones a la espera de mejores precios. Ello ha dado lugar en este momento a que, en zonas como Castilla y León, donde hubo una gran cosecha, muchos agricultores vayan a soportar grandes pérdidas ante la caída de cotizaciones.

A la vista de estas previsiones de cosecha, se espera que este año, las protestas y reivindicaciones no sean de los ganaderos sino de los cerealistas reclamando ayudas para exportar.

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