Vidal-Quadras evita plantear una oposición frontal y ofrece colaboración plena al Gobierno catalán
La última voz que desde el PP de Cataluña apostaba aún por una política de oposición al Gobierno de Jordi Pujol calló ayer. Aleix Vidal-Quadras, presidente del PP catalán y hasta anteayer martillo de nacionalistas, abdicó de sus vitriólicas arremetidas contra el Gobierno de la Generalitat y, entre las risas del resto de la oposición y el silencio atónito de la mayoría convergente, rindió una y otra vez sus armas a los pies de Pujol, a quien ofreció la colaboración total del PP.Vidal-Quadras subrayó la disposición de su partido a buscar coincidencias con CiU. "Del mismo modo que hasta ahora hemos sido tenaces y sinceros en la confrontación", dijo, "podemos serlo en la colaboración".
Apuntó el líder conservador catalán que el espíritu del pacto suscrito entre CiU y el PP para dar estabilidad al Gobierno de José María Aznar "lo impregna todo y llega hasta el Parlament". Y se ofreció para "plasmar ese espíritu en un complemento catalán del acuerdo", argumentando que si los principios que se desprenden del pacto son buenos para el Gobierno español, también deben serlo para el Gobierno catalán.
Vidal-Quadras reclamó una relación entre nacionalistas y conservadores en Cataluña similar a la establecida en Madrid. "Nos resistimos a creer que ustedes quieran transformar la corresponsabilidad en España en la ley del embudo en Cataluña", manifestó el líder del PP, y a renglón seguido tendió una vez más la mano a los aliados de Aznar: "Estamos dispuestos a que nos aprieteren", le dijo a Pujol, "pero no creemos que sea políticamente acertado ni éticamente aceptable que nos ahoguen". Y como queriendo conjurar un futuro posible,remató: "La venganza es un plato que hay que comer frío, pero siempre es un bocado amargo. Es verdad que es un placer de dioses, pero de deidades menores y malignas".
Pujol agradeció la oferta del PP, pero destacó las diferencias entre la situación en España y en Cataluña, y reiteró que CiU permanece abierta al diálogo con todas las fuerzas del Parlament. El consejero de Economía, Macià Alavedra, afirmó su convicción en el pacto CiU-PP, pero calificó de exagerado el entusiasmo de Vidal-Quadras. "Temo que su exageración me haga perder a mí la convicción", zanjó.
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