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EL NUEVO GOBIERNO

Ramón De Miguel se encargará de las relaciones con la Unión Europea

Ramón de Miguel será nombrado, hoy secretario de Estado para la Unión Europea, según indicaron fuentes del entorno del ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, que ayer viajó a la costa malfitana para reunirse con sus homólogos de diez países mediterráneos. De Miguel, actual director general de Energía de la Comisión Europea, es uno de los fieles de Matutes. Diplomático de carrera, sirvió durante largos años a Matutes, cuando era comisario europeo, como jefe de su gabinete. Continuó después en el mismo puesto con Marcelino Oreja.

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Fernando Villalonga, actual consejero de Educación y Cultura de la Comunidad de Valencia, será también nombrado hoy secretario de Estado de Cooperación Internacional. Villalonga es diplomático de carrera y su último destino fue Buenos Aires, donde conoció a Aznar durante una visita.La cura de adelgazamiento a la que el Gobierno popular va a someter a la Administración pública supondrá para Asuntos Exteriores la pérdida de dos de sus tres secretarías generales y de cuatro direcciones generales, el 20% de las veinte que posee. En el tira y afloja que ha mantenido con el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos, Matutes ha logrado salvar una dirección general que inicialmente estaba previsto suprimir: La Oficina de Información Diplomática, auténtica voz de la diplomacia española. Desaparecerán la Secretaría General para la UE, que se fusionará con la Secretaría, General de Política Exterior, y la presidencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional, que tiene también rango de secretaría general. Asimismo serán desmanteladas las siguientes direcciones generales: Cooperación Jurídica e Institucional; Organizaciones y Conferencias Internacionales, que se fundirá con la de Seguridad y Desarme; Asuntos Políticos, y la de América del Norte y Pacífico, que será repartida entre la de. Europa y la de África y Oriente Próximo.

Matutes pugnó sin éxito hasta el último minuto ante el aparato de La Moncloa para evitar el desguace de la Secretaría de Estado para las Relaciones con la Unión Europea. Fundada por Leopoldo Calvo Sotelo en 1978, es uno de los organismos más jóvenes de la Administración. Fue ampliada y enriquecida bajo el mandato de Fernando Morán y Manuel Marin, al compás de las negociaciones de la adhesión de España a la Europa comunitaria, cuando funcionó como una task force. Y ha conservado, pese a su adscripción a Exteriores, una cultura horizontal, por su estrecho contacto con otros ministerios.

La Trinidad -por el palacio que la alberga- sufrirá en el Consejo de hoy una operación de "desguace", se considera en Exteriores. La segregación de la dirección general de Coordinación Jurídica e Institucional con la UE será no sólo cuantitativa -la mitad de la estructura- sino cualitativa, pues se ocupaba de asuntos de gran impacto: precontencioso; contencioso, trasposición de directivas (España es el tercer país cumplidor en el ranking de los Quince), y asesoramiento legal, algo básico pues la Europa comunitaria es una comunidad de Derecho, y de utilidad para los distintos ministerios.

Pero además era el mecanismo para vehicular y controlar las ayudas de Bruselas. Fraguaba, en la práctica, el consenso entre los tres niveles de la Administración -central, autonómico y regional-, sin que se hayan producido polémicas: España es de los pocos países que ha absorbido el grueso de las ayudas de la Comisión, pese a que la cifra de retorno del presupuesto comunitario a los nacionales es cada año superior, superando los 5.000 millones de ecus en 1995. Y servía como elemento de cohesión cotidiana en un Estado cada vez más descentralizado. Por esas razones, Matutes trató, sin éxito, de evitar su desguace.

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