_
_
_
_
EL PP LLEGA AL GOBIERNO

Útima reunión socialista en La Moncloa

El retrato para una foto de familia íntima fue el último acto común del Consejo de Ministros socialista. Todos los ministros, sin excepción, asistieron ayer al último Consejo, que tuvo carácter informal pero una duración larga, de cuatro horas, como en los mejores tiempos. Empezó a las 10.30 y finalizó a las 14.30. Sobre la mesa, prácticamente una única cuestión, la intervención de Felipe González, hoy, en el debate de investidura de José María Aznar, acto en que González se reestrenará como líder de la oposición después de casi 13 años y medio como presidente del Gobierno. Su intervención fijará la línea de oposición socialista durante la legislatura.Todos evitaron solemnizar el adiós. Es más, Felipe González los despidió con un "hasta mañana". Hoy se encontrará entre los escaños del Congreso con la inmensa mayoría de los ministros en su papel de diputados. Hay muy pocas excepciones. Joan Lerma, ministro para las Administraciones Públicas, que no es diputado sino senador; Javier Gómez Navarro, ministro, de Comercio; Carlos Westendorp, titular de Exteriores, y Luis Atienza, titular de Agricultura, que no cuentan con escaño de diputado en el Congreso.

Más información
Fraga retira el recurso contra el traspaso del IRPF y anuncia que se presentará a la reelección

'Foto de familia'

La despedida se limitó a la foto de familia, en las escalinatas de acceso a las dependencias donde se reúne el Consejo, y a un aperitivo, que consumieron nada más terminar la reunión ministerial. Los ministros que el viernes de la pasada semana no se llevaron el bonsái de regalo de González lo hicieron ayer.González y sus ministros analizaron el contenido de los pactos que el PP ha suscrito con los nacionalistas y establecieron su estrategia ante la investidura de José María Aznar. Los ejes básicos de la intervención de González pasan por la explicación del voto negativo del PSOE, la exigencia de la aclaración del alcance de los pactos suscritos entre el PP y los nacionalistas y la definición de lo que será la línea de oposición socialista en la legislatura. Colaboradores de González avanzan que será "constructiva, responsable e intransigente en lo que afecte a la defensa de las conquistas sociales y del equilibrio interterritorial".

No está previsto que Felipe González se muestre crítico hoy con sus antiguos amigos nacionalistas catalanes. Quizá una leve alusión de respuesta al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que hace un par de días mandó callar a los socialistas con el argumento de que tenía "gruesa munición" para mantenerles en silencio. Personas del entorno de González reconocen que el líder socialista ha acogido esas palabras con cierta sorpresa y algo de disgusto, pero que prefiere dejarlo correr.

Al menos hasta ayer, los resquemores de González van a ser dirigidos contra el PP por las dudas que le suscita alguna parte de los acuerdos con CiU. Según la doctrina socialista, los nacionalistas han hecho muy bien en plantear sus reivindicaciones históricas y no se han salido un ápice de lo que es su programa electoral.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_