A causa de la UE
Me dirijo a usted como ciudadana de un país de la Unión Europea que, por razones de trabajo, vive en otro país miembro de esta misma organización.El hecho de vivir en un país diferente me ha hecho enfrentarme a situaciones desconocidas para mí. Puedo comprender muchas de ellas, pero otras escapan absolutamente a mi comprensión. Y sólo quisiera que, en respuesta a esta carta, alguno de los cientos de funcionarios especializados que trabajan a sus órdenes me respondiese a una sola de las muchas preguntas que, hasta ahora, sólo han recibido una respuesta: "Es a causa de la Unión Europea".
Como usted no ignora, España, mi país natal, es rica en ciertas producciones agrícolas. Entre otros productos que mi familia consumía casi a diario puedo citar el plátano. Naturalmente, en España se consume fundamentalmente el plátano canario. Desde que he llegado a este país no he podido encontrarlo ni siquiera en tiendas especializadas españolas, ni en mercadillos -donde venden todo tipo de productos-, etcétera. "No nos dejan importar", "es a causa de la Unión Europea" me dicen.
En su lugar, pretenden hacerme masticar una fruta de aspecto parecido, pero con textura de madera y sabor indescriptible llamado banana, de producción industrializada y con etiquetas de diferentes países, todos muy alejados de la Unión Europea.
¿Es ésta la solidaridad comunitaria entendida a la manera de Bruselas-Bonn y Washington? ¿Es que las decisiones de Bruselas se toman al otro lado del Atlántico? ¿Es ésta la libertad de elección del ciudadano? ¿Es esto el mercado único?
Y si no, con todos los respetos, ¿qué engaño es éste? ¿O es que las libertades y el mercado único sólo funcionan para las empresas multinacionales, de preferencia japonesas y estadounidenses, y, por supuesto, para los especuladores de capitales? ¿Para cuándo una Europa que se preocupe de las personas y sus pequeñas libertades, como comprar plátano canario en Bélgica?-
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