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Ni 'blancos' ni 'rojos'

Pilar Bonet

La exhortación de una treintena de influyentes empresarios rusos a los sectores políticos blancos y rojos para que busquen un terreno de consenso antes de las elecciones presidenciales, donde se batirán sus líderes, ha causado cierta inquietud en medios democráticos moscovitas. En el mensaje sin precedentes de los nuevos capitalistas, algunos ven tanto veladas amenazas como un intento de inspiración latinoamericano de arreglar los asuntos públicos de antemano entre las élites y al margen de las urnas.La exhortación de los empresarios, cuyo tema principal es la salvación del Estado, fue publicada el sábado en los principales periódicos de Rusia y ayer, lunes, los principales candidatos en liza ya habían reaccionado. Tanto el presidente Borís Yeltsin, la figura que aglutina a los blancos, como Guennadi Ziugánov, el jefe de los rojos, se disponen a recibir esta semana a los empresarios. Por su parte, Grigori Yavlinski, el candidato de la tercera fuerza, reflexionaba sobre la actitud a tomar, ya que, aunque teóricamente podría ser el más beneficiado de un intento de superar la dicotomía blanco-rojo, en la práctica no parece estar en el punto de mira de los autores del mensaje.

Las elecciones llevarán al poder a una minoría no representativa, señalan los empresarios, en cuya opinión, el vencedor, cualquiera que sea, no representará a la sociedad y su mandato para organizar la vida social encontrará la resistencia de una gran parte de la población. "El rechazo mutuo de las fuerzas políticas es tan grande que cualquiera de ellas sólo puede afirmarse por la vía que lleva a la guerra civil y a la desintegración de Rusia", reza la misiva, cuyo primer firmante es Borís Berezovski, presidente de Logovaz, la empresa de importación y exportación de coches más importante de Rusia. Berezovski es un hombre muy próximo al Kremlin y al Gobierno, como otros de los firmantes, entre los cuales hay varios empresarios beneficiados en las restringidas y apresuradas subastas de lucrativas empresas estatales organizadas el pasado otoño antes de las elecciones legislativas.

Los autores de la misiva señalan que quienes atentan contra el Estado "apostando por el revanchismo ideológico o la confrontación social", deben comprender que "los empresarios nacionales tienen suficientes recursos y voluntad para influir sobre quienes se exceden en su falta de principios y en su actitud intransigente".

En una entrevista en el canal de televisión NTV, Berezóvski, que es además uno de los directivos del primer canal estatal de la televisión rusa, manifestó que las fuerzas extremistas existentes tras los políticos "tomarán el poder en sus manos después de las elecciones". En Rusia, señaló, los "servicios de Seguridad están escindidos, y diferentes sectores están en diferentes lados de las barricadas". "Nuestros temores", prosiguió, "están relacionados precisamente con la circunstancia de que en el futuro los servicios de Seguridad pueden determinar el rumbo del desarrollo del país", afirmó de manera enigmática el influyente empresario. Sobre el telón de fondo del papel que los servicios de Seguridad tienen en Chechenia o el que podrían desempeñar en un eventual intento de impedir las elecciones o bloquear su resultado, las palabras de Berezovski resultan como mínimo intranquilizadoras.

La falta de propuestas prácticas sobre los puntos a consensuar, ha hecho pensar que la misiva de los capitalistas rusos es en realidad una sonda experimental lanzada por el equipo de Borís Yeltsin a los comunistas. Su fin sería tantear la inclinación de éstos a pactos preelectorales y a inseguros repartos de carteras gubernamentales a priori a cambio de que acepten de antemano una tranquila derrota en las urnas. Para ello habría que convencerles de que ni Ziugánov ni su partido ni Rusia sacarán provecho de una victoria comunista en las urnas.

Guennadi Ziugánov ha reaccionado a la misiva de, los empresarios con una carta, en la que afirma compartir su "inquietud" por el futuro de Rusia. Asimismo, propone mantener un debate abierto en televisión con Yeltsin con el fin de exponer sus respectivas posiciones sobre los problemas claves del país. Y para evitar la inestabilidad política, reitera algunas de sus conocidas tesis, a saber, enmiendas a la Constitución para limitar los poderes del presidente, ampliación de los poderes del Parlamento y el Gobierno y compromiso de elecciones locales tras los comicios presidenciales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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