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FERIA DE ABRIL

Cogida menos grave de Pedrito de Portugal

El sexto toro volteó a Pedrito de Portugal cuando engendraba un pase de pecho y después de caer hizo por él tirándole un derrote seco. El torero ni se pudo incorporar. Quedó en el suelo, echándose la mano atrás con gesto dolorido y las asistencias se apresuraron a llevarle a la enfermería. Mató el toro Finito de Córdoba. Más bien lo acuchilló.Pedrito de Portugal llevaba ocho minutos pegando pases cuando se produjo el percance y no se le veían intenciones de terminar. El toro ya estaba pasado de faena y ni se sabe las veces que había pedido la muerte. El propósito del torero sería -se supone- conseguir el éxito que no había merecido el conjunto de la faena. Ya era tarde, evidentemente. Cuando en las primeras tandas no está dominado el toro y entregado el público, todo lo demás suele carecer de valor y lo que se logre será por agotamiento.

Sampedro / Finito, Cordobés, Pedrito

Toros de Hermanos Sampedro y 4º sobrero de Arribas en sustitución de un inválido: tipo y cara de novillos, sin trapío excepto 6º, flojos, descastados.Finito de Córdoba: pinchazo,media, rueda de peones y descabello (silencio); bajonazo (aplausos y salida al tercio); estocada corta atravesada escandalosamente baja (silencio). El Cordobés: pinchazo y estocada caída tirando la muleta (silencio); estocada caída, rueda insistente de peones y descabello (aplausos y salida al tercio). Pedrito de Portugal: estocada caída (aplausos y salida al tercio); cogido durante la faena al 6º. Sufre cornada menos grave en región perianal que diseca el ano y músculo elevador. Plaza de la Maestranza, 26 de abril. 10º corrida de feria. Lleno.

Toreó Pedrito a ese sexto toro con finura y sin ella; con gusto y con vulgaridad. No es una contradicción. La contradicción quizá esté en el propio torero cuyas continuas desigualdades son difíciles de entender. Embarcaba el derechazo o el natural con quietud, armonía y sentimiento, y el siguiente se lo desbarataba el toro zarandeando la muleta entre los pitones.

No se descompuso nunca Pedrito de Portugal ni dio tampoco la sensación de que le hiciera vibrar el toreo. Reiterativo e inalterable, la Maestranza se sintió abatida por la monotonía, la gente empezó a rebullir en los tendidos buscando las puertas de salida, y en estas que se produjo la cogida, inesperada, rápida, violenta. Mal final de fiesta: sobre- el tedio, la cornada. La presente Feria de Abril está trayendo demasiados disgustos.

Pedrito de Portugal había permanecido igual de quieto, frío y contradictorio en el tercero de la tarde, pero entonces tuvo menos irriportancia. Nada en la. corrida tenía importancia pues sacaron una novillada autenticamente impresentable, sin edad aparente, sin seriedad alguna, chica, roma y floja. Los veterinarios y la autoridad deberían explicar por qué aceptaron semejante saldo.

El caso es que habían rechazado seis del mismo hierro por falta de trapío, lo cual querrá decir que el ganadero presentó al reconocimiento seis gatos metidos en un cestito. Los veterinarios y los presidentes que nombra la Junta de Andalucía se están cubriendo de gloria. O sea, que están haciendo el más espantoso de los ridículos.

Finito de Córdoba no construyó faena al primero, que se cruzaba o se quedaba por delante sin embestir, podría ser por falta de casta, por falta de fuerzas o por ambas cosas a la vez. Al sobrero, que tardeaba, consiguió sacarle a fuerza de porfiar y pegar gritos numerosas tandas de derechazos decorosos y lo mató en la suerte del bajonazo, que parece ser su especialidad.

El Cordobés trapaceó al segundo novillo intercalando desplantes histriónicos y si una parte de la plaza aplaudía, la otra no. Tampoco hubo música y la aventura quedó en silencio. Al quinto, tras unos derechazos, de tosca factura, acertó a correr la mano en los naturales. Atacó entonces la banda el pasodoble y la afición se sintió ofendidísima. No podía ser que en la Maestranza sonara la música mientras el torero se embarullaba de nuevo en los derechazos, y no fue. ¡Chim-pum! hizo el bombo. Y la banda calló.

Diez corridas van y esta feria de Sevilla en lugar de divertir está expulsando a los aficionados de la plaza. Que una cornada sea lo único relevante sucedido en la tarde es como para echarse a llorar.

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