_
_
_
_

Juicio al 'guru' de la secta japonesa que atacó el metro de Tokio con gas sarin

Shoko Asahara, líder de la secta religiosa La Verdad Suprema y presunto autor del atentado con gas sarín en el metro de Tollo, que causó 11 muertos y unos 5.000 intoxicados, compareció ayer ante un tribunal de la capital japonesa convencido de que con su conducta ha guiado al mundo hacia la verdad, la felicidad y la libertad absoluta". La primera sesión del llamado en Japón juicio del siglo se centró en tres de las 17 acusaciones que pesan sobre él, y que incluyen 26 muertes, y se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad para impedir cualquier acción violenta contra el acusado.

Más información
Una cola de 12.000 personas

La mayor parte de la sesión se la llevó la lectura de los cargos: el asesinato de Kotaro Ochida, un joven que ingresó en 1994 en la secta para intentar rescatar a la madre de un amigo y que fue acusado por Asahara de traición; la fabricación ilegal de suero de la verdad, una droga utilizada en los ritos iniciáticos de la secta y en los interrogatorios a sus seguidores sospechosos de ser infieles al gurú, y el ataque con gas venenoso en la red del metro de Tokio. En este último apartado, los fiscales leyeron uno por uno los nombres de los. muertos y de los miles de intoxicados.Según la acusación pública, el procesado ideó y organizó personalmente el atentado del metro el 25 de marzo del año pasado, perpetrado por un comando de cinco miembros de la secta. El comando dejó bolsas de gas venenoso en diversas estaciones del metro en las primeras horas de la mañana, cuando este transporte público tiene el mayor flujo de pasajeros. Crearon con ello un laberinto de pánico y muerte.

El atentado, que quebró en unos minutos el mito japonés de la seguridad ciudadana y marcó a la población con una profunda sensación de vulnerabilidad, destapó la compleja trama criminal del grupo y sus actividades.

El juicio, cancelado el pasado octubre después de que el procesado recusara a su abogado defensor, ha despertado una enorme expectación en la sociedad japonesa, que siguió la sesión de ayer por televisión.

Asahara evitó declararse culpable o inocente del atentado en el metro y de los demás crímenes de los que es acusado, aunque mantuvo en defensa de sus actos que pretendían salvar a quienes no conocen la "única verdad", la que predica su secta.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Al término de la lectura de los tres cargos iniciales, el guru manifestó que no deseaba declarar ante el tribunal ni responder a las preguntas de los magistrados y de los fiscales.

Los 12 abogados de oficio que ejercen su defensa dijeron que el guru mantendrá su silencio para no declararse ni inocente ni culpable de todas las acusaciones, aunque no especificaron si continuará callado en las sucesivas sesiones.

A requerimiento del presidente del tribunal respecto a su opinión sobre las tres acusaciones leídas ayer, Asahara se decidió y habló durante tres minutos en lo que se convirtió en un alegato de la doctrina de su secta. "Me mantengo ahora como antes de ser detenido", dijo el guru, que exhibiendo su abundante melena y barba negras habló de pie ante el juez.

"Quería ayudar"

"Quería ayudar y quitar el sufrimiento a quienes no conocían la única verdad, la única libertad y la única felicidad", sentenció el fundador de la secta catastrofista, que había profetizado para el próximo año el cataclismo de la Tierra en una tercera guerra mundial."Mis actos han dado la libertad suprema a quienes no estaban en posesión de la única verdad", continuó su discurso con voz pausada, pero firme, y con palabras extraídas de sus sermones.

Asahara, que durante los once meses que ha permanecido en su celda de la policía metropolitana de Tokio ha perdido 20 kilos de peso, dijo también ante el tribunal que le traía sin cuidado que le hagan sufrir alguna pena, en referencia a su posible condena a morir en la horca, que según los expertos legales puede recibir por todos los crímenes de los que es acusado.

Durante la sesión de ayer no se produjeron incidentes. Las autoridades movilizaron a 2.000 policías para garantizar la seguridad de los juzgados, la cárcel y las instalaciones del metro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_