Conthe cree, con el FMI, que España crecerá el 2,7%

Olvidado el objetivo original del 3,4%, el Ministerio de Economía calcula ahora que la economía española crecerá este año cerca del 2,7% que vaticinan los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente informe de perspectivas. Así lo aseguró ayer Manuel Conthe, secretario de Estado de Economía, tras participar en Washington en las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que concluyeron ayer sin acuerdo alguno en la ampliación de: los fondos de emergencia del FMI o en la reducción de, la deuda de los países pobres.El secretario de Estado destacó que pese a la pausa que registran las economías europeas, que ha llevado al FMI a reducir del 2,8% al 1,8% el crecimiento en la UE para 1996, el PIB español crecerá "aún muy por encima de esa media". Conthe confía, al igual que el Fondo, en que las economías europeas se reactivarán en el segundo semestre y que para, 1997 habrán superado el estancamiento. "La relajación de las políticas monetarias ayudará a ello", señaló.

No quiso, sin embargo, aventurar si el Banco de España seguirá rebajando sus tipos de interés y recordó que el papel de un banco central no es "ser popular" sino vigilar la inflación. "Sólo debe administrar bajadas de tipos si todo indica que puede cumplir su objetivo de situar la inflación por debajo del 3%". Admitió, no obstante, que España tiene más margen para recortar sus tipos que Alemania o Francia, cuyas tasas de interés están ya en mínimos históricos.

En el frente inflacionista, Conthe lamentó que la aprobación de algunas normativas, como la reciente Ley de Comercio, que limita la libertad de horarios comerciales y la expansión de las grandes superficies, cuyos precios son más baratos. "Sería una pena que los logros inflacionistas se vean ahora en entredicho por la introducción de leyes de carácter regresivo", dijo.

En lo que respecta a la agenda de las reuniones del FMI y el Banco, copada por el debate sobre la reducción de la deuda de los países pobres más endeudados, el secretario de Estado aseguró que España ha apoyado la propuesta británica de vender parte de las reservas de oro del Fondo para asegurarse la continuidad de la ventanilla de créditos blandos del FMI, el llamado servicio reforzado de ajuste estructural, con el que se financian las economías más pobres. Alemania, Francia y Japón, sin embargo, han expresado su rechazo a esta medida.

El director gerente del FMI, Michel Camdessus, es partidario de vender 5 millones de onzas (un 5% de las reservas totales), invertirlas en bonos del Tesoro y financiar el citado servicio de ajuste estructural con la rentabilidad de estos activos. En total, esta ventanilla necesita unos 3.000 millones de dólares para su funcionamiento en los próximos cinco años. La propuesta de Camdessus cubriría la mitad de este presupuesto.

La reunión del FMI concluyó sin un acuerdo en este frente. Tampoco lograron alcanzar un pacto los países ricos del G-10 (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá, Holanda, Suecia, Bélgica y Suiza) con el grupo de economías medianas y emergentes, entre ellas España, que se han ofrecido a aportar nuevos fondos para duplicar, hasta los 50.000 millones de dólares, los que ahora mismo dispone el llamado Acuerdo General de Préstamos. Este mecanismo permite al FMI disponer de fondos extraordinarios en caso de crisis financieras como la ocurrida a finales de 1994 en México.