Estrés, plaguicidas y disolventes afectan a la capacidad reproductiva de las mujeres
El congreso Salud, Mujer y Trabajo reúne en Barcelona a 600 especialistas
Varios estudios han sembrado en los últimos años la preocupación entre los hombres: la calidad de los espermatozoides está disminuyendo. Pero también las mujeres están sometidas a factores de riesgo laboral y ambiental que afectan. a su capacidad reproductiva, lo que está conduciendo a un descenso general de la fertilidad. El estrés, los. plaguicidas y los disolventes figuran entre los factores que pueden alterar la ovulación en las mujeres, según indican estudios presentados en el congreso internacional Mujer, Salud y Trabajo, que ha reunido en Barcelona a 600 especialistas de 35 países.Diferentes fuentes coinciden en estimar que entre el 60% y el 70% de los embarazos se malogran en la fase embrionaria inicial y otro 10% termina en las primeras semanas por un aborto espontáneo. La pérdida de la fertilidad puede medirse, según la italiana Irene Figa-Talamanca, de la Universidad La Sapienza, de Roma, por dos indicadores indirectos: el aumento de los abortos espontáneos y el retraso en la concepción.
La doble presencia -en el trabajo y en casa- las cargas familiares y el hecho de trabajar mayoritariamente, en ocupaciones sociales con fuerte componente emocional hace que las mujeres estén sometidas en mayor medida que los hombres a uno de los factores que afectan más gravemente a su ferfilidad: el estrés. Katerine Lippel, de la Universidad de Quebec (Canadá), explicó que el estrés afecta directamente a la ovulación, de manera que cuanto mayor es el estrés, menos se ovula. Además de reducir la fertilidad, la falta de ovulación disminuye la proporción de progesterona, por lo que aumenta también el riesgo de cáncer de mama.
Diferentes equipos investigan ahora como afecta a la fertilidad la manipulación de determinados productos: "Así como está claramente demostrado que el contacto con los metales pesados, como el rnercurio o el plomo, afecta a la fertilidad masculina, no está claro que afecte a las mujeres. En cambio, el contacto con determinados disolventes como el metileno, el tricloroetileno, el tetracloroetíleno o el tolueno, está relacionado con un incremento de los abortos espontáneos", indica Irene Figa-Talamanca. Algunos de estos productos se utilizan de forma general en lavanderías, tintorerías, limpieza de moquetas y laboratorios.
El glicol se emplea en la industria de semiconductores para microelectrónica y en la producción de tintas, detergentes e incluso de algunos cosméticos. Sé trata de un producto que penetra a través de la piel porque no es volátil. Estudios efectuados en Estados Unidos indican que este tipo de disolvente aumenta hasta un 30% el riesgo de aborto espontáneo.
Las mujeres que trabajan en el sector sanitario también es tan sometidas a importantes riesgos, sostuvo Irene Figa-Talamanca. "Se sabía que los gases anestésicos provocan graves problemas hepáticos, pero se ha demostrado también que aumentan los abortos. En la mayoría de los hospitales de los países ricos este problema ya se ha solucionado, pero en los no desarrollados sigue siendo un peligro. También se sospecha de los efectos sobre la fertilidad femenina de algunos desinfectantes, como el oxidoetileno, que se utiliza en los autoclaves", indica.
Defoliantes peligrosos
La acción de los plaguicidas sobre la capacidad reproductiva humana está ya muy bien documentada. La sospecha surgió en 1977 en California, cuando los hombres de una pequeña fábrica de un producto plaguicida observaron que no tenían hijos, a pesar de que muchos de ellos lo intentaban desde hacía tiempo.Se identificó el producto causante de la esterilidad y fue prohibido después de una intensa polémica en la que los propietarios de la fábrica proponían como solución que trabajaran en ella los hombres que ya no quisieran tener más hijos.
Era evidente que este producto, si afectaba tan radicalmente a los genitales masculinos, mucho bien no podía hacer en otras, partes del organisrno ni en los consumidores. Y la propuesta no prosperó. "Pero hay otros productos, por ejemplo algunos defoliantes, que tienen entre sus componentes altas concentraciones de cloro. Y el cloro tiene un efecto estrogénico en el organismo femenino. Provoca una alteración hormonal que trastorna la ovulación y actúa como si el organismo tuviera exceso de estrógenos, con el consiguiente riesgo añadido de un posible cáncer de mama", añade la endocrinóloga Carme Valls-Llohet, presidenta del congreso.
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