Tres españoles se salvaron por madrugar
Dos horas y media antes de atentado que costó la vida a 18 turistas griegos que formaban parte de un grupo de personas mayores que visitaban El Cairo, tres españoles, Domingo Serrano, Jesús Sáenz y Edurne Gómez, de los miles que últimamente han vuelto a viajar a Egipto, abandonaban el hotel Europa en el que se produjo la matanza. Si se han enterado del atentado deben estar aún con temblores y agradeciendo que su avión a Luxor saliera temprano.La oficina de Turismo de Egipto en España aseguró ayer que el ataque de El Cairo fue obra de cuatro integristas islámicos y tenía como objetivo a turistas procedentes de Israel, que componen la clientela habitual de Europa.
Muchos turistas, españoles y de otras nacionalidades han vuelto a Egipto por decenas de miles en los últimos meses, debido al descenso de la actividad terrorista, pero este nuevo atentado provocará una nueva ola de temor. La matanza de ayer se produce en un momento en el que el turismo egipcio estaba en franca recuperación tras varios años de caída.
Extremar la precaución
La Federación Española de Agencias de Viajes (FEAV) recomendó no viajar a Egipto. "No podemos asegurar la salud de nuestros clientes", argumentó su presidente, Jesús Martínez Millán. Muchos turistas que tenían contratados vuelos a El Cairo en fecha próxima recibieron ayer la notificación de su agencia anulando el viaje. El Gobierno español aconsejó a quienes decidan visitar Egipto "extremar" las medidas de precaución. La FEAV recordó a quienes, pese a todo, mantengan su viaje la recomendación de Exteriores de no ir por tierra a Luxor o Asuán desde El Cairo.Esta recomendación ya existía cuando se produjo la muerte del niño Pablo Usán, de nueve años, el único turista español muerto en atentado terrorista en Egipto. El ataque ocurrió el 26 de agosto de 1994, al caer el microbús en que viajaba en una emboscada de los integristas islámicos en Nagua Hamady, en la ruta de Luxor a Sohag, casi 600 kilómetros al sur de El Cairo. En el atentado resultaron heridos el padre del niño, su madre y otro miembro del grupo de turistas. Cuatro o cinco hombres armados con metralletas y fusiles automáticos interceptaron la marcha del vehículo y abrieron fuego indiscriminado contra sus ocupantes.
El viaje no suponía en principio riesgo alguno, en palabras del director de la agencia de viajes que lo organizaba. Pero, según el consulado español en El Cairo, el lugar donde se produjo el atentado se encontraba en una de las tres zonas cuya visita por tierra era desaconsejada.
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