La soleá sonora

A juzgar por el tipo de público que como en día de huelga de celo del metro saturaba el local, se hubiera dicho que allí iba a actuar algún grupo de los adscritos al nuevo flamenco. Pero no, se trataba de un puñado de intérpretes noveles.Carmen Linares rompió la cinta que abrió el turno de intervenciones del cante: guajiras, granaínas, siguiriyas, soleá y sonando tan bien o mejor como unos fandangos de El Sevillano que cantó Pepe Cruz, de Sevilla, quien aparte de imitar bien a su paisano, a Morente y Camarón, demostró tener personalidad propia. Como El Pescao, algo crudo aún de técnica, pero de bonita voz y mejor compás.