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El presidente de Polonia trata de disipar el temor nuclear de Moscú

Pilar Bonet

El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, evitó ayer comprometerse sobre el posible emplazarniento de armas nucleares en su país, si éste entra en la OTAN, mientras el líder ruso, Borís Yeltsin, recordó que, tras la desintegración de la URSS, Rusia había hecho todo lo posible por concentrar en su territorio las armas nucleares que Ucrania y Bielorrusia habían heredado de la superpotencia soviética. Ambos políticos se expresaron en distintos foros -Kwasniewski en una conferencia de prensa y Yeltsin en una sesión del Consejo de Seguridad-, pero el telón de fondo de ambas declaraciones era el mismo: el miedo. Por parte de Varsovia, miedo a las ambiciones imperiales del Kremlin, y por parte de Moscú, a la expansión de la OTAN hasta sus fronteras. Yeltsin, que el 19 y el 20 de este mes será anfitrión de una cumbre sobre seguridad nuclear organizada por el G-7, el grupo de los siete países más industrializados, manifestó que los Estados nucleares deben concentrar sus armas en su propio territorio en aras del interés mundial. El traslado de las armas nucleares de Bielorrusia y Ucrania a Rusia, pactado en circunstancias diferentes, debe quedar concluido este año. En Ucrania, el traslado está garantizado por EE UU, en virtud de un acuerdo trilateral que prevé el pago de compensaciones por el material reciclado como combustible para centrales atómicas. En el caso de Bielorrusia, se realiza en virtud de un acuerdo bilateral, y aún quedan 18 misiles estratégicos con cabezas nucleares.

Misiles en Bielorrusia

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha puesto su territorio a disposición de Rusia para emplazar misiles tácticos en el caso de que la OTAN se amplíe. En lo que se refiere a los misiles heredados de la URSS, Kwasniewski dijo ayer que, durante su reciente visita a Bielorrusia, Lukashenko le había prometido que todos ellos serán destruidos este año. El presidente polaco se negó a especificar si Varsovia aceptaría misiles nucleares en su territorio en caso de entrar en la OTAN. "Sobre las condiciones de entrada en la OTAN hablaremos en el futuro", señaló, agregando que no se deben poner condiciones previas. Kwasniewski señaló que Polonia mantendrá sus conversaciones con la OTAN en un clima de transparencia.

El debate entre Rusia y la Alianza Atlántica sobre la ampliación de la OTAN está estancado en posiciones irreconciliables. Los representantes rusos comienzan a dar muestras de nerviosismo ante el cariz que toman los acontecimientos, y temen que Rusia se quede fuera del sistema de seguridad occidental, como potencia hegemónica en un ámbito euroasiático cargado de problemas y no equiparable cualitativa y estratégicamente al ámbito de expansión de la OTAN en Europa. Altos cargos rusos han mencionado la posibilidad de que Rusia instale armas tácticas en su frontera.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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