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Entrevista:

"Hay una combinación devastadora: incendios y lluvias torrenciales"

Un 20% del territorio español sufre los graves efectos de la desertificación; en un 60% se advierte la presencia de esta degradación de la fertilidad del suelo. No es extraño, pues, que la Agencia Europea de Medio Ambiente haya decidido a finales de marzo que España acoja uno de sus centros temáticos, el del Suelo. La sede estará en Valencia, en el Centro de Investigación sobre Desertificación, creado el año pasado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Generalitat Valenciana y la Universidad de Valencia, cuyo director, José Luis Rubio, pasa a responsabilizarse también del organismo europeo. Es también vicepresidente de la Sociedad Europea para la Conservación del Suelo -creada en 1989 e integrada por 600 investigadores-, con lo cual puede hablar de la tierra con los pies bien puestos en ella.Rubio, nacido en Villanueva de la Serena (Badajoz) hace 48 años, ingeniero agrónomo, lleva 20 vinculado al CSIC y al suelo: "Comencé a trabajar en temas de fertilidad, pero pronto me volqué en la conservación de suelos, porque me atraía más y porque vi que era una faceta mucho más desatendida". Más discriminada aún ha estado la desertificación, que, según Rubio, no ha recibido el mismo tratamiento económico en la Comisión Europea que los otros problemas de deterioro de suelos del Viejo Continente.

España, que perdió la sede de la Agencia Europea de Medio Ambiente -fue a Copenhague- y del Convenio Mundial sobre Biodiversidad -acabó en Montreal-, se afianza ahora como uno de los países punteros en investigación sobre erosión del suelo.

Pregunta. ¿Desertización o desertificación?

Respuesta. Gramaticalmente los dos términos son correctos en castellano. Pero a nivel de comunidad científica internacional y del Convenio de la ONU firmado por 100 países se ha optado por desertificación, que permite incluir el factor de influencia humana en ese proceso de degradación de la tierra en las zonas secas del planeta.

P.¿Es más grave este problema en España que en otros países mediterráneos europeos?

R. En el sur de Portugal, en Sicilia y en Grecia el problema es también grave. Pero desgraciadamente el país europeo más afectado es España, y eso está reconocido por todos.

P. ¿Cuáles son las principales causas de ese camino hacia la esterilidad del suelo?

R. Hay una combinación devastadora: la sequía y los incendios forestales en verano más las lluvias torrenciales en otoño. Algo muy preocupante en la franja mediterránea.

P. ¿En qué regiones se puede hablar ya de desertificación?

R. Andalucía, Murcia, las dos Castillas, Aragón y la Comunidad Valenciana. Pero la mayor gravedad se registra en la franja mediterránea sur.

P. ¿Y se ha tomado en serio el problema en España a la hora de investigar?

R. Es una temática científica reciente, con escasa tradición. Pero a nivel español ha habido un desarrollo espectacular en los últimos 20 años. Antes apenas había grupos científicos que abordaran este asunto. Pero se ha ido creando un ambiente muy dinámico con gran presencia internacional. Es verdad que ha habido cierta desconexión; pero es que el tema empezó a nivel científico bastante antes de que hubiera un reconocimiento oficial, institucional.

P. ¿Cuáles son las otras amenazas a los suelos europeos?

R. La contaminación por metales pesados, restos de plaguicidas, vertederos incontrolados... La acidificación, que afecta especialmente a los países del centro y norte de Europa. Y la salinización, por sobreexplotación de acuíferos.

P. ¿Y dice usted que hasta ahora en la UE no se daba el mismo rango a la desertificación?

R. Así es. No ha tenido la misma consideración presupuestaria. Nos ha ayudado mucho que consiguiéramos que en el Convenio Mundial sobre Desertificación se introdujera un anexo sobre el Mediterráneo norte. Sirvió para darle nivel en la Comisión Europea. Ahora, con la sede del Centro del Suelo, esperamos encarecidamente atraer más fondos económicos.

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