El 'oro de Moscú' aceleró la ayuda soviética a la República española.
La decisión de la URSS de ayuda a la España republicana probablemente no fue tan desinteresada como ha afirmado durante décadas la propaganda comunista. A menos así lo Insinúa en las página del semanario Argumenti i Fakti e historiador ruso Yuri Ribalkin quien dice que el "inesperado' cambio de posición de Stalin a favor de apoyar al Gobierno republicano aparentemente se debió a la perspectiva de recibir en custodia las tres cuartas partes de las reservas de oro de España.Ribalkin sostiene que en los primeros meses de la guerra civil española el Kremlin "reaccionaba con frialdad a las numerosas y perseverantes peticiones de armamento soviético que hacían los republicanos".
"Stalin, que ya había aceptado la Declaración de No Intervención en los Asuntos de España, no deseaba en absoluto entrar en conflicto directo con Hitler y Mussolini. Y en Moscú miraban con gran desconfianza la política de las democracias occidentales. ( ... ) Además, los suministros a la lejana España sólo se podían realizar por mar, lo que significaba un gran peligro de que la carga fuera interceptada", escribe Ribalkin.
Sin embargo, el 29 de septiembre de 1936, el Politburó del Partido Comunista de la URSS aprueba "inesperadamente" una resolución para dar una "ayuda de gran envergadura" a los republicanos. Este viraje en la posición soviética, por lo visto, se debió a que, como Ias tropas del general Franco llegaron a las puertas de Madrid", el Gobierno republicano pidió a la URSS que le guardara 510 toneladas de oro, es decir, las tres cuartas partes de las reservas españolas.
Negociaciones oficiosas
Verdad es que la petición oficial para que la URSS guardara el oro español se produjo el 15 de octubre, pero Ribalkin, argumentando la inusitada rapidez con que el Politburó dio su respuesta positiva (el 17 de octubre), piensa que las negociaciones al respecto comenzaron mucho antes, posiblemente en septiembre. Ribalkin da por sentado que su suposición es correcta y, dando el siguiente paso lógico, concluye que "es muy probable que precisamente la perspectiva de recibir una garantía tan valiosa fue lo que impulsó a Moscú a adoptar, pese a todo, una posición más activa ante el problema español".
Ribalkin subraya que, a pesar de que el oro pasó a manos soviéticas ya en Cartagena -las 7.800 cajas con 65 kilos de oro cada una fueron recibidas por los barcos Nevá, KIM, Kubán y Volgolés en este puerto-, Stalin sólo lo consideró bajo su responsabilidad cuando fue desembarcado en la URSS.
A la muerte de Stalin, como muestran datos hechos públicos a principios de esta década, en las arcas soviéticas había 2.050 toneladas de oro; es decir, que el oro español representaba una cuarta parte de las reservas del tesoro del Kremlin. Al desintegrarse la URSS, estas reservas se habían reducido a 140 toneladas.
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