Corea del Norte cruza la zona desmilitarizada
Dos incursiones norcoreanas en las últimas horas en la zona desmilitarizada que divide la península coreana han aumentado más la tensión, tras el anuncio de Corea del Norte de que se niega a partir de ahora a cumplir el armisticio con el que se selló en 1953 el final de la guerra civil. El presidente de Corea del Sur, Kim Young Sam, convocó el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y ordenó el endurecimiento de todos los medios de defensa para hacer frente a posibles ataques. El Ejército surcoreano ha sido puesto en estado de máxima alerta. Un diario norcoreano dijo que todo el territorio se halla "al borde de la guerra". El comando de la ONU en Corea del Sur, que dirige EE UU, señaló, no obstante, que la situación no es alarmante.
"La reciente serie de movimientos norcoreanos es una provocación premeditada desde hace tiempo", manifestó el presidente surcoreano en el curso de la reunión del CSN. Un portavoz oficial. de Seúl dijo que la violación del Tratado de Armisticio es una "nueva y peligrosa amenaza", diferente a las anteriores, que eran más bien de corte propagandístico. Corea del Norte anunció el jueves que había decidido abandonar su control sobre la zona desmilitarizada que separa la península y que no reconocería a partir de ahora las regulaciones internacionales al respecto.La tensión se acentuó notablemente tras las dos incursiones de. soldados norcoreanos que se registraron en un intervalo de pocas horas entre el viernes y el sábado en la llamada Area de Seguridad Conjunta, dentro de la zona desmilitarizada que separa a, los dos países.
. Un portavoz del comando de la ONU informó de que alrededor de 120 soldados habían sido avistados en el área de Panmunjom a media tarde del viernes y que se habían retirado dos horas y media después. Los infiltrados instalaron un mortero de 60 milímetros en un punto localizado entre los puestos de guardia 1 y 2 cerca de un pabellón en la zona que controla Corea del Norte. Posteriormente, desplegaron dos armas anticarro y cuatro ametralladoras ligeras. Otro grupo, con armas de fuego personales y cañones sin retroceso aptos para lanzar granadas, ocupó posiciones en el puesto de guardia número 5. Todos ellos se retiraron luego con su armamento, pesado. Ninguno de los efectivos llevaba los distintivos que están obligados a portar los soldados de ambas partes en el área.
La segunda infiltración ocurrió anoche por parte de unos 280 efectivos, a bordo de nueve camiones y portando un cañón, cinco ametralladoras ligeras y cuatro morteros, quienes, tras construir una serie de posiciones defensivas, se retiraron una hora después, según informaron fuentes del comando de la ONU, que añadieron que el régimen de Pyongyang se había negado a discutir estos dos incidentes.
El Acuerdo de Armisticio que rige actualmente, pero que Pyongyang ha anunciado que no reconoce, para forzar así una negociación de un acuerdo de paz directamente con EE UU, prohibe expresamente la introducción en el Área de Seguridad Conjunta de otras armas que no sean pistolas. Asimismo, según dicho tratado, no puede haber más de 35 policías militares por cada lado dentro de esa misma zona de máxima vigilancia.
Trazada a lo largo del paralelo 38, la línea de demarcación de los dos países corre a través de un estrecho pasillo desmilitarizado, de 4 kilómetros de ancho por 242 de largo, que supuestamente actúa como colchón o freno de un posible ataque. Junto a esta línea se encuentra Panmunjom, donde se levantan los pabellones, divididos en partes iguales, en los que se celebran, auspiciadas por la ONU, las reuniones de la comisión del armisticio.
A pesar de la tensión reinante en el área de conflicto, autobuses repletos de turistas llegaron como de costumbre ayer hasta Panmunjom para poder ver de cerca la línea de demarcación entre las dos Coreas.
El diario norcoreano Minjun Joson explicó ayer que la decisión de Pyongyang de no respetar más el armisticio es una "contramedida legítima" para hacer frente a un supuesto plan del sur de invadir el norte y añadió que la península se halla "al borde de la guerra". Un alto responsable de la misión diplomática norcoreana ante la ONU en Nueva York aseguró, el viernes que su país no desea ni, tiene intención de declarar una guerra. El Ejército norcoreano, técnicamente muy inferior al surcoreano, rebasa notablemente en número al de sus vecinos (1.250.000 soldados frente a 700.000).
Esta nueva crisis en la península se produce en vísperas de las elecciones legislativas en Corea del Sur, el próximo jueves, que se celebran en medio de un clima político muy cargado, con protestas universitarias en diversas ciudades a raíz de la muerte de un estudiante y las denuncias de la oposición de casos de corrupción dentro del Gobierno. Asimismo, explota a pocas fechas de la visita del presidente norteamericano, Bill Clinton, a Seúl, prevista para media dos de mes. EE UU mantiene 37.000 soldados en territorio surcoreano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.