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Entrevista:

"Me interesa el amor cuando nos hace perder pie respecto a la realidad"

Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) se adentra, en su nueva novela, en ese mundo oscuro en el que el amor y el mal van cogidos de la mano. Es un territorio ambiguo cargado de poesía y de sueños, en el que la protagonista, Julia, aparece como un personaje con el corazón de piedra, trastocado por la irrupción del amor. La novela, partiendo de Dante, se titula La vida nueva y la acaba de publicar Lumen.En la primera página de La vida nueva, la protagonista sueña que un hombre le ofrece un corazón humano y termina por comérselo. Es un sueño inquietante que Martín Garzo ha tomado prestado de Dante. "Cuando lo leí por primera vez, hace muchos años, el sueño de Dante en La vita nuova me produjo un fuerte impacto", comenta el autor. "El ofrecimiento del corazón a Beatriz encierra una gran belleza y produce al mismo tiempo una impresión atroz. Lo que me atrae es esa imagen que nos sitúa en un lugar muy contemporáneo, cuando el amor se aleja de lo racional. El amor es algo que viene de fuera y que marca, para bien y para mal, nuestra vida".

Martín Garzo, que recibió en 1993 el Premio Nacional de Literatura por El lenguaje de las fuentes, insiste en su peculiar universo literario y se adentra en esta novela en lo que él llama "el territorio desconocido del amor". "Me interesa el amor cuando nos hace perder pie respecto a la realidad", comenta , cuando es como un desafío que no sabemos cómo terminará. Me interesa cuando te lleva al delirio y acabas preguntándote: ¿ha pasado realmente?".

Personaje torturado

En La vida nueva, Julia es un personaje torturado, encarcelado, que ama, suena y causa el mal. "El amor engaña porque lo promete todo", escribe Martín Garzo en el libro y es alrededor de este mundo ambiguo que va construyendo una novela en la que se borra la frontera entre realidad y ficción, en la que se abre el conflicto entre amor y verdad y en la que el autor se adentra en el mundo de los sueños, en el lado oscuro. "El amor desencadena cosas que no son del mundo racional", apunta Martín Garzo. "Por eso en el libro tienen tanta importancia los sueños, el lado oscuro de la vida. Aunque no busco lo lúgubre! por lo lúgubre, sino como anuncio de otra cosa".

El corazón de piedra de Julia remite asimismo a un recuerdo confuso de infancia del propio autor, cuando contempló una película en la que un gigante avanzaba entenebrecido por un bosque porque su corazón se había transformado en piedra. "Me atraía esa idea del mal asociada a la desgracia", aclara. "Drácula, por ejemplo, concuerda con esto. Es un personaje malo porque es desgraciado. A menudo la maldad surge de una situación previa de! desdicha".

Personajes; de Melville (Bartleby sobre todo) y de Kafka tienen su eco en las páginas de La vida nueva. "Me atraen esos personajes que se automarginan", insiste Martín Garzo. "Son personajes que se rebelan, que parece que renuncian a la vida, pero que en realidad, como Julia, tratan de asomarse a la vida auténtica".

La concesión del Premio Nacional de Literatura no ha afectado al escritor. Le ha dado más fama y más lectores, eso sí, pero continúa trabajando de 8 a 15 horas como psicólogo y, aunque reconoce los beneficios que le ha aportado, se lamenta que le ha quitado tiempo a la literatura. "De todos modos", reflexiona, "cuando, estás ante Ia página en blanco, o mejor ante la pantalla del ordenador, eres otro. Yo estoy de acuerdo con algo que decía Cortázar y es que el escritor nunca debe escribir como un profesional, siempre debe empezar cada libro con el mismo desamparo y la misma zozobra que sentía, la primera vez que se puso a escribir".

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