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Londres acepta a regañadientes el plan para erradicar la peste de las 'vacas locas'

El Reino Unido pretendió hasta la madrugada de ayer el levantamiento del embargo

Xavier Vidal-Folch

El Gobierno Major aceptó a altas horas de esta madrugada, aunque a regañadientes, el programa consensuado por los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) para afrontar la crisis de las vacas locas. Hasta el último minuto, el ministro Douglas Hogg pretendió incluir en él el levantamiento del embargo de exportaciones de vacuno británico. Topó con la unanimidad de sus catorce colegas. Pese a ello, se comprometió a aplicar todos los puntos del programa, que incluyen el sacrificio de un número todavía indeterminado de cabezas y el apoyo financiero de la UE.

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Cada vez parece más claro que el pulso del Gobierno Major para obtener un imposible, por el momento, levantamiento del embargo, forma parte de una estrategia negociadora ante sus socios -pedir lo inalcanzable para obtener más de lo posible- y de defensa ante las acusaciones de inoperancia que recibe de la opinión pública doméstica, apareciendo como un duro fajador ante los europeos. El largo forcejeo del Consejo de ministros de Agricultura, que ha durado dos días en Luxemburgo, forma parte de esta estrategia.Hogg no obtuvo lo que venía proclamando como objetivo. Todos ratificaron la "prohibición temporal" de exportar carne de bovino británica y de todos sus derivados, a excepción de los lácteos, porque "la salud es lo que tiene prioridad", como comentó el comisario de Agricultura, el austriaco Franz Fischler. Pero, salvo en eso, el Reino Unido estuvo de acuerdo en aplicar las demás medidas acordadas.

La principal es el "sacrificio obligatorio selectivo" de los animales que hayan estado más expuestos a harina de carne y de hueso infectada. Londres se comprometió a presentar, antes de que acabe el mes, un plan detallado concretando este compromiso. Para ello establecerá un cordón sanitario interno, localizando las comarcas, granjas o vacas que hayan ingerido piensos compuestos por derivados de vacuno infectados. "Los costes de este plan los asumirá el Reino Unido", explicó Fischler.

Simultáneamente, se producirá el sacrificio e incineración de los animales de más de 30 meses, lo que puede suponer cuatro millones de unidades, que serán eliminadas durante varios años a razón de unas 15.000 semanales. El coste de la destrucción irá a cargo del Reino Unido. Pero el pago -a los ganaderos- del precio de las víctimas se compartirá.

El cheque de Thatcher

El compromiso alcanzado para esto último consiste en que Bruselas pagará el 70% y Londres el 30% restante. Los ganaderos -también los otros europeos que han recibido rebotes de la crisis- recibirán un ecu (casi 161) pesetas) por kilo, una media de 90.000 pesetas por animal. Las primeras estimaciones realizadas por los Quince cifran en 51.000 millones de pesetas anuales la repercusión de la operación.

Pero en realidad. este reparto es engañoso. No lo fue en el caso de la peste porcina alemana (en el de la española el esfuerzo se repartió al 50%) y en. otros. Pero Londres dispone de un retorno superior a los 320.000 millones de pesetas anuales, que configuran el llamado cheque británico, conseguido por Margaret Thatcher en 1985.

Es así porque el retorno se fijó en el 66%.de la diferencia entre la contribución de Londres al presupuesto común y su participación en los gastos financiados por el mismo. 0 sea, entre lo que aporta y lo que recibe. Como ahora recibirá más, el saldo a su favor será inferior. Obtendrá menos. 0 nada. Pero los demás seguirán aportando lo mismo -o recibirán menos sobrante del presupuesto-.

Otra medida de choque adoptada en el Consejo es la intervención global sobre el mercado de bovino europeo, mediante la compra de la cantidad que resulte necesario añadir a las previstas 50.000 toneladas programadas para este mes de abril.

Menos espectacular, pero de enorme enjundia política, es el compromiso de armonizar el tratamiento de los despojos de los animales. Una de las críticas más frontales pero menos divulgadas al Gobierno conservador británico consiste en que su. neoliberal pasión desreguladora ha sido en buena parte la causante del problema, al no exigir unos estándares mínimos de, esterilización.

Los Quince se han comprometido a poner en marcha antes de fin de año en todos los países de la Unión el único método eficaz para obviar el problema: "la aplicación de calor en un sistema de tratamiento discontinuo que alcanza 133 grados centígrados a tres bares durante un período de veinte minutos",. En suma: la solución no es desregular, sino regular. Y armonizadamente. Los giros que da la historia.

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