Berlusconi y Prodi se acusan de no tener credibilidad en su primer debate

Silvio Berlusconi dice que Romano Prodi "miente" y que "hace afirmaciones infantiles, y mezquinas". El líder de la coalición de centroizquierda, denominada Olivo, responde que la falta de credibilidad del líder del Polo de la Libertad quedó más que demostrada por los mercados internacionales cuando fue primer ministro y la lira cayó en picado. Los dos políticos no e habían enfrentado nunca cara a cara, porque Berlusconi no reconoce a Prodi como líder. Su primer encuentro, ayer, fue bronco.

Lo que hubiera debido haber sido un debate sobre la reforma del fisco, tema estrella de esta campaña electoral, se quedó reducido a un intercambio de invectivas perturbado por agitadores que hicieron la claque de Berlusconi. Uno de ellos entró en la sala gritando "finocchio" (maricón) a Prodi. Otro gritó "retírate". Parte del público se levantó para pedir a los saboteadores que dejaran seguir el acto.El líder del Olivo había aceptado el desafío en un terreno contrario, la Unione Nazionale del Commercio, el sindicato de comerciantes que ayer promovió una huelga de dos horas en toda Italia para protestar por la presión fiscal que padecen. El acto se celebró, además, en el centro de Milán, el distrito donde Berlusconi concurrirá el próximo 21 de abril por el sistema uninominal frente a Umberto Bossi, el líder de la Liga, con todas las garantías de ganar.

Prodi tuvo dificultad para explicarse. Mantiene el tono moderado y balbucea al hacer razonamientos técnicos. Además, estaban los saboteadores. Prodi dijo en un momento: "Si quieren, lo dejamos". Su rival o tuvo esos problemas. Domina la dicción, y prefiere los discursos generales, del tipo "nosotros confiamos en este país y queremos desarrollarlo", a los argumentos concretos.

Pero en la televisión, que retransmitió en directo la mayor arte del debate, el líder del Olivo quedó convincente, mientras su rival resultaba exageradamente despectivo. Los comerciantes italianos, destinatarios primarios del debate, representan a más de 1,2 millones de establecimientos que emplean a cerca de 10 millones de ciudadanos, según su sindicato, y votan mayoritariamente por el Polo.

Los dos líderes se acusan de haberse copiado los programas. Ambos hablan de reducir al mí nimo los 142 tributos que soporan los comerciantes italianos, de simplificar la administración fiscal, reducir el número y el nivel de los tipos, pero difieren en cómo hacerlo.

Prodi criticó la propuesta del Polo de suprimir la retención en la fuente sobre los intereses de los títulos de Estado, diciendo que penalizará el tratamiento fiscal de otras rentas patrimoniales. Berlusconi celebró con ironía que la izquierda, "formada en las escuelas soviéticas", acepte ahora que hay que reducir la presión fiscal, pero pidió a los electores que desconfien de un centro izquierda que "ha criminalizado siempre a los autónomos" y que "ha saqueado" el país "durante tantos años".

Prodi destacó que Berlusconi quiere dividir al país enfrentando a autónomos con asalariados. También criticó que su oponente fustigue a "la gran empresa" mientras sigue siendo "el patrón" del segundo grupo privado italiano, con fuertes intereses en almacenes y supermercados que ahogan al pequeño comerciante.