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Nuevas estrategias contra la bacteria de las úlceras y gastritis

Diez años después de haberse identificado la bacteria Helicobacter pylori, los expertos buscan todavía la mejor forma de combatirla, bien mediante combinaciones farmacológicas que venzan las resistencias desarrolladas por la población o vacunas preventivas.

La Helicobacter pylori es responsable del proceso crónico infeccioso más frecuente en el mundo. Se calcula que en torno al 80% de la población de más de 45 años tiene esta bacteria en la mucosa del estómago, sin que por ello sufra síntomas. No obstante, ya se ha demostrado que el microorganismo se encuentra en la práctica totalidad de las personas con gastritis crónicas, así como en el 90% de las que padecen úlcera duodenal y en el 70% de los afectados por úlcera gástrica.

El linfoma gástrico y el cáncer de estómago son otras de las enfermedades digestivas en las que, según apuntan las últimas investigaciones, también pudiera estar implicada la Helicobacter pylory.

Un equipo científico del Centre Hospitalier Universitaire Vaudois (CHUV) en Lausana (Suiza) está poniendo a punto una vacuna, que se espera esté lista en tres o cinco años.

El especialista en gastroenterología del CHUV, Pierre Michetti, y la bióloga Iréne Corthesy-Theulaz iniciaron en marzo del pasado año las primeras pruebas en el hombre para demostrar su inocuidad. El pasado noviembre, otro grupo de 30 voluntarios -27 en Lausana y 3 en Baltimore (EE UU)- se han prestado de conejillos de indias para demostrar la capacidad inmunizadora de la nueva vacuna.

Los expertos no se pronuncian de momento sobre la duración de su eficacia ni las dosis necesarias. "Ahora estamos viendo si estimula el sistema inmunitario como lo hacía en el animal", subraya Michetti. Y, de confirmarse sus esperanzas, la vacuna contra la Helicobacter podría servir tanto de tratamiento contra la úlcera como de medida preventiva en países donde se registra una gran incidencia de cáncer de estómago y altas tasas de infección, como Chile o Costa Rica.Un nicho protector

Este microorganismo es una de las pocas bacterias capaces de vivir en las condiciones de extrema acidez que presenta el estómago, gracias a una enzima que le permite formar un nicho protector neutro.

Esta estrategia facilita la colonización del estómago desde la infancia y le permite vivir tranquilamente entre 20 y 30 años, provocando una irritación en la mucosa que la vuelve mucho Más frágil y a menudo degenera en gastritis o en ligeras quemazones- estomacales. Son tan ligeras que el paciente ni siquiera nota los síntomas. Pero cuando se suman otros factores, como el tabaco, puede aparecer la úlcera.

Por el momento, la única forma de combatir este tipo de úlceras es utilizar un compuesto de antibióticos que resulta pesado y caro. Además, la bacteria se está haciendo resistente al mismo. Según las cifras disponibles en Francia, en menos de diez años ha pasado a oponer una resistencia a este tratamiento del 5% al 30%.La bacteria no es la única causa de estos trastornos, insiste Manuel Díaz Rubio, catedrático de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid, que participó la pasada semana en un simposio sobre enfermedades digestivas: "Pensamos que están implicados también factores genéticos e inmunológicos. Por ello, no tiene ningún sentido, a nuestro entender, diagnosticar la presencia de esta bacteria e instaurar un tratamiento en población asintomática".

Los tratamientos farmacológicos para erradicarla y tratar las úlceras o gastritis se basan actualmente en una combinación de antibióticos y antisecretores que se administran durante un periodo de 10 a 14 días. El correcto cumplimiento terapéutico es uno de los mayores caballos de batalla de los especialistas. La erradicación de este microorganismo cuando causa enfermedad digestiva es posible si el tratamiento "está bien instaurado por el médico y correctamente observado por el paciente", indicó el profesor Díaz Rubio.

"Debe haber una responsabilidad muy clara en cada una de las dos partes. El médico tiene que conocer bien las pautas del tratamiento y, si no es así, remitir al enfermo a otro facultativo familiarizado con estos procesos. Por la mala observancia terapéutica, estamos asistiendo a la aparición de resistencias bacterianas a los antibióticos [en Francia se calcula que afecta al 30% de los pacientes], que hacen que el enfermo se quede sin alternativas terapéuticas.

Por el contrario, cuando cumple fielmente y se erradica la bacteria, observamos que adquiere cierta inmunidad, ya que no vuelve a contraerla", subrayó.

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