España acude a negociar a Turín sin definir sus objetivos

Cuatro días antes de que se inicie el viernes en Turín la Conferencia Intergubernamental (CIG) para reformar el Tratado de Maastricht, España es probablemente el único país de la Unión Europea (UE) cuyo Gobierno no dispone de un documento, público o secreto, que recoja sus objetivos en la negociación que empieza.La interinidad del Gobierno socialista explica la carencia de este papel, que no reviste mayor gravedad. La diplomacia española cuenta con grandes expertos en la CIG empezando por Carlos Westendorp, el actual ministro de Asuntos Exteriores, que a lo largo de los siete últimos meses del año pasado presidió el llamado Grupo de Reflexión encargado de preparar la Conferencia con un informe que aprobó la cumbre de Madrid en diciembre.

Westendorp y sus colaboradores tenían ciertos reparos en elaborar un documento poco antes de que se forme un nuevo Ejecutivo que, a grandes rasgos, compartirá su enfoque de la construcción europea, pero que puede matizar algunos aspectos. "Nos sería además muy fácil poner el listón muy alto y si no se consigue acusar al Partido Popular de ser incapaz de defender los intereses de España", comentó un alto cargo de Exteriores.

En vísperas de la cita que se darán en Turín los jefes de Estado y de Gobierno de los Quince para inaugurar la CIG, el Gabinete socialista barajaba tres posibilidades: redactar un informe del Gobierno; esgrimir el documento consensuado en la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE o simplemente recoger los aspectos que más gustan a España del informe que Westendorp remitió en diciembre a la cumbre de líderes comunitarios.

El jefe de la delegación española en la CIG será Javier Elorza, actual embajador de España ante la Unión Europea. Lo ha nombrado el Gobierno socialista, pero ha contado con el visto bueno del PP. A pesar de las escasas divergencias PP-PSOE, el consenso PSOE-PP no ha quedado plasmado en un documento común con vistas a la conferencia intergubernamental.