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La puerta del cielo

Una serrezuela entre Colmenar y Guadalix custodia la entrada al sector central del Guadarrama

En el Nuevo Testamento está escrito: "Tu es Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam". "Tú eres Pedro", le dice Jesús a uno de sus discípulos, que dos segundos antes se llamaba Simón, "y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". ¿Qué mejor nombre, pues, que el de San Pedro, portero de cadenas del cielo, para nominar un pedrusco de 1.425 metros de estatura que vigila Cuerda Larga y la sierra de la Morcuera, paraíso de montañeros, vacas cerriles, buitres leonados y otras criaturas de elevada existencia? A Casiano del Prado, que fue una especie de misionero de la geología madrileña, debemos la primera observación de este monte: "Al suroeste de las masas que acabo de describir se halla la del cerro de San Pedro, que es de gneis, situado entre Guadalix, Pedrezuela y Colmenar Viejo; y es notable, no ya por su altura, que es sólo de unos 750 metros sobre Madrid, sino por su aislamiento casi completo y por el pico que presenta su perfil por cualquier lado que se le mire" (Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, 1864).

Límite natural entre los términos de Colmenar (al sur) y Guadalix (al norte), el cerro dista 12 kilómetros largos de la cumbre guadarrameña más a mano, y como está tonsurado de vegetación, les choca mucho a los automovilistas que corren hacia la sierra por la autovía de Colmenar, que se preguntan de dónde demonios ha salido esa pirámide de la derecha, de color ceniciento, siena o rojo sangre según la hora y como pinte el día en cuestión, dando la razón a don Casiano en lo del apartamiento y el perfil constante.

Intuyendo el retiro y el panorama que le deparará la santísima cima, el excursionista resuelve acercarse a Guadalix a poco de maitines, porque es el sitio que cae más cerca de la cúspide y porque tiene oído que allí se rodó hace treinta y tantos años Bienvenido Mr. Marsitall. Pero no por mucho madrugar el mundo es más hermoso. De hecho, éste es uno de los pueblos más feos de la OTAN. Es como si el amigo americano de Berlanga, en vez de pasar de largo, hubiese desembarcado con una tropa de promotores inmobiliarios californianos, decididos a convertir Guadalix en un suburbio de Los Ángeles. Salvo por el nombre -río de los alisos, en árabe- y la torre de la iglesia -gótica, del XVI, con cornisa volada y chapitel decorado-, Guadalix es hoy un museo de arquitontuna, un catálogo de chalés-piloto y técnicas de masturbanización.

Afligido por la suerte de ésta que pudo ser una coqueta villa, el excursionista vuelve los ojos hacia San Pedro, símbolo de primitiva pureza, y conduciendo hasta la casilla de peones camineros que hay a mitad de camino entre Guadalix y Colmenar, donde aparca, ataca la cuesta sin dilación. La ascensión no tiene misterio.

Comenzando por el sur y girando sobre los talones como las. agujas del reloj, éstas son las vistas milagrosas que obra San Pedro: Madrid, Tres Cantos y Colmenar; la cárcel de Soto del Real, el embalse de Santillana y la Pedriza; las cimas de Cuerda Larga desde la Maliciosa hasta la Najarra; las sierras de la Morcuera y la Cabrera; el pantano de Pedrezuela y la vega del Jarama.

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Otro prodigio, acaso mayor, es que nadie haya expoliado aún el libro de visitas que se guarda en urna de piedra desde hace un par de años. En él han firmado Elías Ramón Martín ("No vine sólo, sino con mis 59 años y mis 590 de coIesterol"), un tal Gerry ("Nada hay en Warrington, England, que se pueda comparar con esto"), fumadores arrepentidos y rambos que no sienten las piennas. El cielo, si existe, debe de tener un libro parecido.

Por el buen camino

Dónde. Guadalix de la Sierra está a 49 kilómetros de la capital. Su acceso más directo es por la autovía de Colmenar (M-607), tomando el desvío a mano derecha que hay sobre el kilómetro 34 (M-625). Más rápido, en cambio, es ir por la carretera de Burgos (A-1), saliéndose en el kilómetro 50 para llegar por la M-608. La casilla de peones camineros en la que empieza la marcha cae alrededor del kilómetro 8 de la remozada M-625 (Colmenar-Guadalix). Cuándo. Al ser una caminata de corta duración (dos horas a lo sumo) y discurrir por terreno despejado y de altitud media (menos de 1.500 metros), es adecuada para cualquier época del año.. Cuanto mejor tiempo haga, más calor, pero también mayores vistas. Quién. Aparte de Casiano del Prado, sólo un autor ha dedicado unas piadosas líneas a este apartado monte: Domingo Pliego, Excursiones fáciles por la provincia de Madrid (Desnivel), tomo II. Cuánto. Salvo que vayamos tirando el dinero, gastarse un duro en el perro de San Pedro resulta imposible. No hay chiringuitos, nada. Y qué más. En la guía citada se propone una variante de la ascensión por el, sur, partiendo de la finca colmenareña El Pecado Capital.

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