Una comedia de enredo, caricatura del figurón
Una comedia más de enredo, con el sello del Siglo de Oro y la mayor limpieza de vocabulario y explicación que corresponde a Agustín Moreto; sobre todo, con la calidad de verso actual y de claridad que le dio José García Nieto. Siempre se trata de que un personaje más o menos ridículo, generalmente anciano, ha de casarse por imperativo paterno con la chica, que tiene ya preparado su galán; y la muchacha y sus criadores y criadas son enredadores y cambian el destino.En este caso, el pretendiente es, sobre todo, ridículo: la caricatura del personaje masculino frecuente que luego hemos llamado dandi, pero hinchado de vanidad y soberbia por su propio cuerpo. El figurón lo hace el primer actor y director de la compañía y de la obra, Francisco Portes, un veterano actor y poeta que lleva sus clásicos por todas partes, con una compañía también veterana en la que, por cierto, vuelve a aparecer Servando Carballar, que también fue director, primer actor y creador de un local propio. El objeto principal es ilustrar sobre los clásicos, llevarlos hasta los colegiales. Su próximo espectáculo, en este mismo teatro, va a ser El alcalde de Zalamea.
El lindo don Diego
De Agustín Moreto. Versión: José García Nieto. Intérpretes: Servando Carballar, Arturo Acero, Marisa Lahoz, Aurora Romero, Adolfo Pastor, Carmen Robles, Francisco Portes, Salvador Bueso, José Antonio Ruiz, Pilar Lambarri. Vestuario, iluminación y escenografía: Lorenzo Collado. Dirección: Francisco Portes. Teatro Bellas Artes. Madrid.
Escolares o no, los espectadores del día en que vi la obra rieron las gracias del lindo y gustaron de las audacias femeninas, además de la justicia de que cada uno case con su pareja; excepto el figurón, que se queda solo.