El Central Hispano enseña en Madrid su colección artística

La Fundación Central Hispano presentó ayer en su sala de exposiciones de Madrid (Marqués de Villamagna, 3) una selección de las artes decorativas, sobre todo tapices, muebles, relojes y cerámica, de su colección de arte. En muestras anteriores se montaron otras dedicadas a la pintura en diversos periodos.En esta ocasión se han seleccionado 45 piezas, donde destacan 12 tapices, de una de las colecciones particulares más singulares a partir de la fusión del Hispano Americano y el Central. Juan José Junquera, quien ha catalogado la colección de artes decorativas, dice en el catálogo que se puede hablar de un "gusto bancario", por el interés por el tapiz como objeto de un arte específico y por la elección de tipos y estilos concretos.

La mayor parte del montaje de la muestra está dedicada a los tapices, de los siglos XVI y XVII, de manufactura flamenca, de Bruselas, de Gobelinos y Real de Beauvais. Según Junquera, pertenecen a épocas que no están bien representadas en los museos españoles, "testimonio muy característico del gusto español por la tapicería de aquellos Países Bajos ligados a nosotros por los avatares dinásticos".

Junto con los tapices se presentan muebles escritorios, como ejemplo de los fabricados en los talleres castellanos desde Felipe II; tres consolas, una de ellas diseñada por arquitecto barroco Fílippo Juvarra; los primeros modelos de caja fuerte, fabricados en Alemania; cuatro relojes de sobremesa del siglo XVIII, de: Francia e Inglaterra; y un adorno de mesa conocido como sortú, adaptación fonética de surtout.

En cerámica se expone una selección de Alcora, elegida de la completa de 60 obras de la colección de Félix Boix, que representan, con piezas de fuentes, jarrones, bustos y aguamanil, las tres épocas más importantes de la manufactura creada en 1727 por el conde de Aranda. También figuran tres piezas chinas. La muestra -abierta al público hasta el 9 de junio- incorpora dos ángeles ceroferarios, de la segunda mitad del siglo XV, y un busto en mármol blanco de Carlos III, de Juan Pascual de Mena.