Franco no fue un estratega ni un patriota, según un libro sobre el dictador

Los mitos tejidos para enaltecer la figura del general Francisco Franco son falsos. Ni fue un estratega ni un patriota. Sí un cruel dictador que mantuvo a la sociedad española aterrorizada y humillada después de una feroz guerra civil.

Alberto Reig Tapia, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, se atreve en estos tiempos "donde lo políticamente correcto" es la edulcoración del lenguaje, a desmontar en el libro Franco caudillo: mito y realidad (Tecnos 1996) una por una las mentiras que han dominado la escena política española sobre los atributos del dictador. Un término compartido por los politólogos que acompañaron a Reig en la presentación de su libro ayer en Madrid: Elías Díaz, Raúl Morodo, Manuel Pastor, Juan Marichal y Pedro Laín Entralgo, entre otros.

Reig se revela contra los intentos de olvidar la historia o esa tendencia creciente que considera "de mal gusto" de referirse a Franco en su auténtica dimensión; la de un dictador que lamino un estado democrático y borró todo vestigio de cultura política, -cuya ausencia, lamentablemente, se hace todavía palpable en la vida política española.

Reig recuerda que Franco contaminó todo, la sociedad, el Ejército, la banca, y controló férreamente el poder en España desde la Guerra Civil hasta la víspera de su muerte -como las ejecuciones de 1975- mediante el poder del terror en una primera fase, y el poder del miedo en una segunda etapa, que se inicia con el final de la II Guerra Mundial.

A pesar de la desaparición de su figura, Reig destaca que la mitología franquista se mantiene intacta, por ejemplo su imagen de patriota, que él desmonta al recordar que Franco se ofreció a Hitler para intervenir en la II Guerra Mundial. Su figura de estratega o de militar también queda disminuida en la medida en que prorrogó excesivamente la guerra.