"Hemos huido de ser centros para élites"
El próximo año las Escuelas Pías celebrarán los 400 años desde que el padre Calasanz fundara los primeros centros educativos en Europa. Una conmemoración que sirve de pretexto para que la orden de los Escolapios trate de impulsar una reforma interna de sus postulados educativos y volver a los principios de "enseñanza gratuita y para, los más pobres", en palabras de José María Balcells, padre general de la orden que visita estos días Madrid. En las 60 escuelas Pías que existen en España se educa cerca del 50% de los 120.000 alumnos que la orden contabiliza en todo el mundo. La pedagogía de los Escolapios, pese a su carácter evidentemente religioso, ha gozado siempre de una consideración que bordea el laicismo, aspecto que José María Balcells resalta cuando alude al carácter "eminentemente liberal" de su fundador."Para nosotros es un honor poder afirmar que nuestro fundador, San José de Calasanz, fue pionero en el concepto de escuela graduada, gratuita y para los pobres, que eso significa Pías. Le costó caro, pero la historia se ha encargado de demostrar que ésa era la conciencia social que terminaría imponiéndose. De hecho, las reformas educativas europeas contienen esos principios que Calasanz llevó a la práctica en 1597", comenta Balcells, al tiempo que admite que desde el siglo XVI hasta la fecha los derroteros de las Escuelas han variado notablemente, al menos en lo que a "educar a los más pobres" se refiere.
"Es cierto que en las Escuelas Pías europeas el perfil del alumno es de clase media-alta, aunque no es así en América Latina donde nuestros centros siguen los principios de Calasanz. Pero piense que en Europa son los Estados quienes corren con el compromiso de extender la enseñanza a los ciudadanos. En cualquier caso, todos nuestros centros educativos en España son concertados porque para nosotros es fundamental mantener ese principio de educación para todos; hemos huido conscientemente de convertirnos en centros de formación para élites, tanto es así, que en estos momentos asistimos a una profunda reforma interna que hará que todos nuestros centros vuelvan a sus orígenes y sean verdaderamente gratuitos y para los más desfavorecidos".
Convencido de que lo más importante en la Educación no es la instrucción sino la formación, Balcells prefiere no entrar en la polémica reverdecida últimamente en nuestro país acerca de la obligatoriedad o no de la clase de religión: "Prefiero no entrar en un asunto que desconozco; sólo puedo decirle que los Escolapios tenemos un concepto de educación cristiana y de escuela privada pero cercano al concepto de escuela pública. Por otro lado, la LOGSE parece que intenta que cada centro desarrolle su propio currículo. El nuestro es acercarnos a nuestros orígenes".
Para los Escolapios la formación en las escuelas Pías debe incluir el concepto de asistencia social, y con este fin han creado en el colegio Calasancio de Madrid un departamento de Acción Social: "Se pretende que los alumnos puedan tener verdadera experiencia social, de servicio a los demás, mientras cursan sus estudios. Es una forma de acercarnos a nuestros orígenes". Respecto a un Pacto por la Educación, Balcells tiene muy claro que debe existir en todos los Estados "para garantizar los fundamentos mínimos educativos más allá de las ideologías".
"Nosotros nacimos para reclamar la libertad de enseñanza y, aunque hemos claudicado en determinadas épocas para poder sobrevivir, ahora afrontamos una vuelta atrás para no vaciarnos de contenido, y esperamos que los Estados acepten definitivamente que la libertad educativa es inviolable por el propio bien de la Educación".
Es en este aspecto en el que José María Balcells ice que los escolapios se sienten "liberales y, de algún modo laicos, aunque" precisa, "el término es polisémico y complejo, pero lo aceptamos porque Calasanz abogó por una metodología que debía adecuarse a las necesidades de cada tiempo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.