_
_
_
_

Vuelve la anarquía de los Sex Pistols

El gupo 'punk' actuará en Madrid el 2 de julio dentro de una gira mundial

Caos, amenazas e insultos. Bromas, risas y jarras de cerveza. Los Sex Pistols regresaron ayer, tras un paréntesis de 20 años, al Club 100 de Oxford Street, la legendaria sede del movimiento punki británico. Y, en medio de tal desorden, advirtieron: 'Vamos a dar unos cuantos conciertos. Podéis odiarlos o salir encantados. Nos da igual". La serie de conciertos, con el título de Filthy Lucre Tour (Gira de¡ lucro indecente), que arranca el 21 de junio en Finlandia y aterriza en Madrid el 2 de julio, culmina con el lanzamiento de un disco en directo unas semanas más tarde.

El retorno de los Sex Pistols, confirmado ayer en una rueda de prensa por sus cuatro principales supervivientes, Paul Cook, Johnny Rotten, Steve Jones y Glen Matlock, se materializa en un combinado explosivo de actitudes arrogantes, expresiones cínicas y viejas canciones."Nunca tuvimos una despedida apropiada" recuerda el cantante Johnny Rotten sobre su enigmática desaparación tras la actuación de San Francisco, el 14 de enero de 1978, y la muerte por sobredosis del bajista Sid Vicious, un año despues, "y nos encontramos de nuevo cuatro miembros de los Sex Pistols, responsables de los temas originales, con un interés común y con ganas de decir adiós".

Su ambición por recuperar unos beneficios que no obtuvieron en su día a pesar de la popularidad y repercusión a nivel internacional está también directamente relacionada con la reunificación más contradictoria de la historia del rock and roll. "Nos ha copiado, imitado y utilizado todo el mundo, pero no hemos visto un penique. Las nuevas basuras del pop se enriquecen, pero nosotros no debemos acceder al dinero sino, todo lo contrario, permanecer en pisos de protección oficial. Vaya morro", protesta el cantante.

"Esta vez va en serio"

Rotten no quiso dar detalles sobre el nuevo contrato que, una vez más, pone a su grupo en el candelero. "Después de diez años de continuas ofertas, esta vez va en serio. El dinero está en el banco", bromea el guitarra Steve Jones. Y, pese a sus antiguas promesas y recientes desmentidos, los Sex Pistols tocan este verano en grandes locales como el Palacio de los Deportes de Madrid.

"No somos un grupo de rock de estadios. No habrá conciertos en estadios, en todo caso en parques al aire libre", aseguró ayer Rotten sin disimular la risa. Rotten (John Lydon), Jones, Paul Cook y Glen Matlock no tienen previsto incluir nuevos temas en su gira veraniega. Tampoco piensan recuperar versiones de Public Image Limited, la formación que Rotten mantiene todavía activa, ni, por supuesto, rellenar su clásico repertorio con canciones de Edwin Collins, donde Cook colabora en la batería.

La reunificación es temporal porque, aventuró ayer el carismático cantante, Ios conciertos no funcionarán". "Siempre conseguinos decepcionar a todo el mundo minutos antes de actuar. Eso es lo más divertido", dijo en el Club 100.

Los ojos de Rotten permanecen tan desorbitados como en los viejos tiempos, mientras que su pelo, teñido de blanco para la ocasión, sigue apuntando hacia las estrellas. Su rostro, sin embargo, así como el aspecto de sus compañeros, delata el paso de los años. Los Pistols tenían entre 19 y 21 años cuando asustaron al público británico con Anarchy in the UK (Anarquía en el Reino Unido) o God Save the Queen (Dios Salve a la Reina) y cuando ocasionaron el despido de un presentador de televisión por decir tacos en una entrevista en directo.

"Cumplí 40 años en enero y no me avergüenzo para nada. He crecido en tamaño pero no he envejecido. Me da igual nuestro aspecto", bromeó Rotten. Tanto él como el batería Cook insistieron en que no pretenden presentarse como "una banda de chavales", de la misma forma que no congenian con la idea de que el buen roquero muere a los treinta años.

El paso del tiempo no ha conseguido amansar su arrogancia y espíritu combativo: "Amor porpio es lo único que tengo. Nosotros inventamos el punk y seguimos imponiendo las reglas. Así que cállate", contestó el cantante a un periodista que se atrevió a mencionar a los New York Dolls y demás pioneros americanos.

"Me vengaré si me escupen", advirtió poco después. La lluvia de escupitajos, las golpes con latas de cervezas e, incluso, las cargas con instrumentos musicales prácticamente se han erradicado de los escenarios. En cambio, la progresión musical ha sido mínima en las dos últimas décadas según explicaron ayer los máximos difusores del punk. "El rock ha empeorado. Se sigue haciendo la misma porquería. Green Day (la formación americana) son malísimos, y no hay nada nuevo en Tricky y el resto de los grupos que mezclan segmentos de viejos temas en sus composiciones", dice Rotten con aire escéptico. Y concluye entre risas: "Por ciento, me gusta mucho Tricky".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_