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Entrevista:

"La silla de ruedas no me condiciona"

Gabriela Cañas

Tiene 45 años, una hija de 13 y un compañero con el que compartió desde siempre su vida y su silla de ruedas. Pero esta última, asegura Pilar Ramiro, nunca le ha condicionado pese a ser su inseparable compañía desde los ocho años. Pilar, una mujer militante desde la transición española es ahora la portavoz de una plataforma de minusválidos físicos, Predif, creada recientemente al fusionarse dos asociaciones, por lo que representa ya a 40.000 socios. También es gerente en funciones de una pequeña empresa, DV Telemarketing, en la que trabajan 20 personas con diversas minusvalías. Su objetivo es tener 25 empleados este año.Pregunta. Cuál es el paraíso de los minusválidos?

Respuesta. Los países nórdicos, y no sólo por su amplia cobertura social, sino también porque las realizaciones han pivotado para el minusválido desde el minusválido. Ellos han conseguido un grado tal de independencia física que el minus se ha convertido casi en una figura bohemia. En Alemania hay también muchísima cobertura. Pero no me gusta su modelo. Tienden mucho a los centros especiales y el minusválido no está integrado.

P. En España, sin embargo, las grandes empresas incumplen la reserva del 2% de las plazas para minusválidos y no parece que ustedes protesten.

R. Ahora es más difícil protestar, porque lo básico está cubierto. Hay pensiones para todos, la cobertura social está garantizada y se ha hecho la integración en la enseñanza. Pero no es suficiente. Necesitamos trabajar y ni las familias ni la sociedad son conscientes de ello. Porque ser pensionista a los 25 años no tiene pies ni cabeza. Nosotros debemos resolver nuestra propia situación porque la superprotección no nos deja madurar.

P. ¿Sufrió usted también esa superprotección familiar?

R. Sí. Yo tuve la polio a los ocho años, así que desde los ocho a los 12 no tuve educación reglada. Pero mi madre tenía claro que mi hermana, un año menor que, yo, y mí hermano, con siete años menos, se harían cargo de mí. A los dos les decía que tendrían que cuidarme y mantenerme.

P. Pero usted ha estudiado incluso una carrera.

R. Sí, mis hermanos me enseñaban lo que aprendían cuando volvían a casa. Luego me matriculé por libre en el bachillerato y, al, final, en la Universidad a Distancia. El empeño de hacer una carrera fue de mi hermano. Yo ayudaba en casa ya, cosiendo para El Corte Inglés, y mi hermano me dijo: 'Si yo dejo la carrera. y me pongo a trabajar puedo ganar más dinero que tú; así que o te matriculas o dejo la universidad'.

P. Y estudió y, además, se fue de casa.

R. Sí, porque quería militar en la transición, lo que era impensable en casa y más con silla. Así que para no crear problemas, decidí emanciparme. Mi madre me dijo: 'Si te vas, no vuelvas'. Me puse a trabajar como grabadora de datos en unos laboratorios. La casa en la que vivía -con tres amigas, una de ellas minusválida también- estaba adaptada. Por eso pude irme. Afortunadamente, los noctámbulos me recogían muchos días a la salida del trabajo. Uno de ellos era Paco, mi compañero, que venía muchas veces porque sabía manejar bien la silla.

P. Me sorprende que no estén ustedes más cabreados.

R. Los minusválidos hemos llegado a conclusiones ajenas a la silla y sabemos ponernos en el otro lado. No podemos cabrearnos con todo el mundo. Yo generalmente me cabreo con las administraciones porque lo hacen mal y aposta. Creo que los minusválidos españoles hemos perdido 10 años, porque el PSOE lo tenía claras en la oposición, pero en el poder empezó a arrugarse. El impulso a la integración hasta el año 1985 fue alucinante. Se hizo la integración y la ley de pensiones no contributivas. Pero luego hemos retrocedido.

P. Uno de los programas de la asociación integrada en Predif es ayudar a los que sufren una minusvalía durante los primeros seis meses. ¿Tienen ventaja los que sufren un problema así desde pequeños?

R. El trauma lo pasas igual.Yo me enteré a los 15 años por que insistí en hablar con el médico antes de volver a entrar en el quirófano. Hasta entonces yo creía que era una niña enferma que me curaría. Pero el médico me lo dijo bien claro, que me olvidara de volver a andar algún día. Yo pensé entonces que para no andar nunca más vale morirse, que es, lo que más o menos dice todo el mundo. Asi que me puse en huelga de hambre para morirme. Pero me duró tres días; tenía mucha hambre (se ríe). Entre los 15 y los 17 me costó mucho hacerme a la idea, pero la verdad es que nunca más quise morirme. Jamás me ha condicionado la silla. Eso mismo sienten muchos minusválidos.

La ayuda que ofrecen los compañeros de Pilar Ramiro es enseñar al nuevo minus cómo llevar una silla de ruedas y, además, la bolsa de la compra mientras se intenta abrir la puerta. Predi son las siglas de Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (teléfono de Madrid: 528,03.04), en la que se han fundidoAspaym y Coamificoa. Su batalla es que se escuche a los 800.000 minusválidos españoles, 20.000 de ellos tetrapléjicos.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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