Lista de espera
La desesperación y la indignación me llevan a denunciar el trato que está recibiendo mi esposa, Amelia López Sainz, por parte de la sanidad de nuestro Estado, y en particular por el llamado hospital Clínico de Madrid.Lo explico. Después de llevar 28 meses en lista de espera para una operación de extirpación de vesícula y haber sido rebotada del hospital de Móstoles al Clínico de Madrid en noviembre de 1994, con todas las pruebas y preoperatorio realizado, pues, según nos aseguraban en Móstoles, la lista de espera en el hospital Clínico era mucho menor, nos han entretenido durante un año, hasta que finalmente vuelven a repetir todas las pruebas y preoperatorio en noviembre de 1995, con la promesa de que inmediatamente pasadas las fiestas se la llamaría para operar.
El día 9 de febrero de 1996 se nos cita para ingresar el día 26, entre las tres y las cinco de la tarde, en el pabellón número 8, y nuestra sorpresa e indignación se producen cuando, a las diez de la mañana, se nos vuelve a llamar para decirnos que ha habido un error, que no nos presentemos y que ya nos volverán a llamar.
No recibimos ninguna explicación y, por supuesto, tampoco hay nadie que asuma la responsabilidad de tamaño disparate. Disculpas por el daño económico, psíquico, moral, producido al enfermo. Es que tienen mucho trabajo.
Es triste pensar que hay más eficacia en un prostíbulo que en ciertos hospitales de la Comunidad de Madrid, y digo ésta porque es en la que vivo y mejor conozco; y más triste todavía comprobar que los enfermos, según conviene, se utilizan para la mejor obtención de los fines particulares de las personas que manejan la sanidad de este sufrido país.-
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