Amusátegui confía en que haya pronto un Gobierno estable que reduzca el sector público
José María Amusátegui, presidente del Banco Central Hispano (BCH), se mostró ayer, en la junta general de accionistas de la entidad, confiado en la próxima formación de Gobierno estable y de que éste aborde un proceso de reducción y racionalización del sector público, una creciente liberalización de los mercados y la búsqueda de soluciones para crear empleo. Amusátegui, que defendió la unión monetaria, cargó el mayor peso de su discurso en las perspectivas de crecimiento del banco tras haber culminado el saneamiento -"un periodo duro y complejo"- en 1995 y prefirió pasar de puntillas por otras cuestiones polémicas en el sector como posibles fusiones y la competencia de las cajas de ahorros.
Antes de profundizar en mensajes político -económicos y después de hacer un repaso al entorno económico nacional e internacional el presidente del tercer banco del país expuso a sus accionistas las principales actuaciones del banco el pasado ejercicio. Un ejercicio crucial en el que el banco quiso poner fin a un proceso de saneamiento de casi cuatro años. Ello exigió que la entidad destinara a provisiones parte de los resultados brutos (134.072 millones) y 95.440 millones adicionales con cargo a reservas de fusión, para lo que recibió el permiso del Banco de España. Y que, como consecuencia, los resultados consolidados netos se redujeran drásticamente (de 32.785 a 12.470 millones) y, de la misma forma, el dividendo (de 125 a 75 pesetas por acción)."Los mercados de valores, las agencias de rating [calificación de solvencia] y los principales analistas han comprendido perfectamente y acogido favorablemente las operaciones realizadas en el convencimiento de que en el futuro será posible aumentar los beneficios sobre la saneada y sólida base de nuestro balance", remachó Amusátegui, para quien a partir de ahora se abre una etapa de crecimiento gradual de beneficios y dividendos.
Ajustes presupuestarios
Amusátegui ligó el proceso de recuperación a la intensidad de los ajustes presupuestarios y a los tipos de interés "que están a un nivel todavía elevado". También dijo que la implantación de la unión monetaria obliga a adecuar el tamaño al nuevo mercado, lo que explica la aceleración del proceso de saneamiento del BCH. La unión económica y monetaria es para Amusátegui el tema que polariza la atención e hizo de ella una abierta defensa. La moneda única constituye un objetivo irrenunciable para los europeos, según Amusátegui, puesto que "reduce los riesgos e incertidumbres empresariales, favorece la inversión y el empleo y refuerza el poder económico-financiero de Europa frente a las áreas dólar y yen".En el caso de España, la unión monetaria asegura las condiciones de estabilidad que, "con o sin moneda única", puede solucionar el problema del desempleo. Por ello, propone, debe hacer los esfuerzos necesarios para cumplir los criterios de convergencia sobre todo en "el ajuste de las finanzas públicas, que es lo que mayores dificultades plantea a nuestra plena integración en el proyecto europeo".
En este punto, Amusátegui entró en la arena política. "Las perturbaciones que han afectado a nuestro mercados financieros, consecuencia inmediata de los resultados electorales, parecen ya superadas", manifestó. "Es razonable confiar", prosiguió, "en la próxima formación de un Gobierno estable que ofrezca señales inequívocas de su compromiso con un proceso ordenado de reducción y racionalización del sector público, una creciente liberalización de todos los mercados y la búsqueda de soluciones imaginativas a la creación de empleo estable". Con esas condiciones se podrá, a juicio de Amusátegui, "fortalecer las expectativas empresariales, proceder a nuevos descensos de los tipos de interés a corto y largo plazo y, en definitiva, acelerar el proceso inversor y mejorar la confianza de los consumidores para impulsar un nuevo relanzamiento de nuestra economía y ulteriores reducciones de la tasa de paro".
Amusátegui se mostró optimista. Anunció que el banco va a obtener unos beneficios superiores a los 30.000 millones este año y que para este ejercicio y el próximo se procederá a un reforzamiento gradual y progresivo de los fondos propios para incrementar los, coeficientes de solvencia. La junta aprobó, en ese sentido, una emisión de obligaciones convertibles por un valor máximo de 30.000 millones de pesetas.
Amusátegui no habló, y ningún accionista le preguntó, de posibles fusiones con otras entidades ni de los privilegios de las cajas de los que se quejaron los presidentes de BBV y Santander, Emilio Ybarra y Emilio Botín, en sus juntas, la presencia en medios de comunicación...
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