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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Monjas y feministas se unen contra el machismo

Piden en Roma un aumento de la presencia de la mujer en la política

, "Por supuesto que apoyaremos. Estamos seguras de que, con una mayor presencia de la mujer, las cosas irán mejor". La madre Lilia Capretti, presidenta de la Unión de Superioras Mayores de Italia (USMI), cerró así un insólito diálogo iniciado ayer en una librería próxima al Vaticano entre representantes del movimiento feminista y monjas italianas. Sus palabras eran la respuesta a esta petición hecha poco antes por Livia del Turco, presidenta del Comité de Igualdad de Oportunidades y diputada de la izquierda: "Ayudamos a tomar el poder para cambiar la política". Religiosas de todas las edades, bellezas de aspecto ambiguo y periodistas especializados en cuestiones religiosas se dieron cita en la pequeña sala en la que se celebró el acto."Doy gracias a Dios porque el diálogo es posible, existe ya", dijo Capretti, quien afirmó: "No estamos aquí para reivindicar, sino para mostrarnos como mujeres que tratan de ser ellas mismas y expresarse en libertad".

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La presidenta de las superioras italianas lidió con preguntas "provocativas" sobre "el machismo del Papa" o sobre la relegación de las monjas en las estructuras de poder vaticanas. Dijo que las monjas pueden sentirse realizadas como tales, sin envidias, porque el sacerdocio, reservado a los hombres, "es una vocación, no una igualdad de oportunidades", y añadió que tampoco sienten la necesidad de encerrarse en despachos. Algún murmullo entre las monjas presentes indicó que las más jóvenes disentían.

También Livia Turco adoptó una línea conciliadora. Habló de las monjas como de "compañeras de viaje" que "han dado mucho a la liberación de la mujer, a través de su testimonio vital, de la entrega a los demás y de su actividad educativa y teológica". "Evangelizadnos, ayudadnos a descubrir el mensaje de la fe", dijo en otro momento la diputada ex comunista, que propuso hacer de "la maternidad la medida de una sociedad".

"El verdadero motivo de la marginación de la mujer deriva de que la maternidad no se valora", insistió Turco para obviar el tema del aborto, conflictivo para buena parte de las reunidas. Pero el punto de encuentro más vivo lo aportó Sor Emmanuelle-Marie, una religiosa madura de las Dominicas de Betania, orden en la que profesan mujeres de vida difícil por problemas familiares, de prostitución o de droga. La dominicas, que tienen prohibido hablar de su pasado o indagar el de otras, se dedican a la vida contemplativa.

Esta monja, que dijo haber optado "por el amor que no pasa" pero sin despreciar "lo precioso de la contingencia", recordó que lo que la Iglesia llama pecado es sólo una búsqueda truncada de la felicidad".

Sor Emmanuelle-Marie dijo también que "la sexualidad es nuestra capacidad de entrar en relación con los demás", habló positivamente del amor homosexual y no tuvo reparo en hablar de la sexualidad de las monjas.

"Estoy convencida de que el mundo de las mujeres que han consagrado la sexualidad en la castidad tiene mucho que aprender del movimiento feminista". dijo. "Debemos liberarnos de un modo de entender la castidad que se nos ha impuesto. La castidad supone un gran respeto del cuerpo, no su mortificación ni su desprecio. La castidad hace crecer y madurar la sexualidad, de modo que, tras una decena de años en un convento, una se siente preparada para hacer bien el amor", afirmó la monja.

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