Guerra verbal entre EE UU y Colombia sobre el narcotráfico

Las tirantes relaciones con Washington se han enredado aún más al desatarse una guerra verbal entre funcionarios de Colombia y de Estados Unidos. "La ayuda de Estados Unidos para la lucha antinarcóticos es ridícula", declaró el ministro colombiano de Justicia, Carlos Medellín. El secretario adjunto de Estado, Robert Geldart, respondió con otra salida en falso: "Éste fue un comentario ridículo del adecuadamente apellidado ministro Medellín", afirmó en clara referencia a la ciudad de Medellín, cuna de uno de los dos grandes carteles de la cocaína. Esta frase alborotó aún más los sentimientos antinorteamericanos.Mientras tanto, el juicio que se adelanta en el Congreso contra el presidente Ernesto Samper continúa de espaldas al país. Tras un corto debate, quedó aplazada la decisión de si se levanta o no el secreto del sumario del proceso.

"No hubo voluntad del presidente de la Cámara de Representantes para aprobar una ley que todo el país reclama", protestaron algunos. Los testigos seguirán desfilando a puerta cerrada ante la Comisión de Acusaciones. La semana entrante comparecerán los pesos pesados: el ex ministro de Defensa Fernando Botero y el ex tesorero de la campaña samperista Santiago Medina.

La decisión de aplazamiento pone un nuevo manto de oscuridad a un juicio enredado. Hace pocos días, Heyne Mogollón, encargado de la investigación en la comisión, confesó que no gastará ni un minuto más, pero tampoco uno menos, en los 80 días que según la ley tiene para "perfeccionar la instrucción del proceso". Esto quiere decir que hasta finales de mayo la Cámara de Representantes en pleno no decidirá si acusa o no a Samper ante el Senado.

Finalmente, José Santacruz Londoño, el número tres del cartel de Calí abatido por la policía colombiana el martes, fue enterrado en una ceremonia secreta celebrada la madrugada de ayer en Cah. La Fiscalía General de la Nación decidió que no había que efectuar una segunda autopsia del cadáver.