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Entrevista:JOSÉ B. TERCEIRO CATEDRÁTICO Y AUTOR DE 'SOCIED@D DIGIT@L'

"Los analfabetos del siglo XXI serán los que no sepan manejar un ordenador"

JOSÉ F. BEAUMONTJosé B. Terceiro (Santiago de Compostela, 1943), catedrático de Estructura Económica en la Universidad Complutense, se siente muy próximo a los desafíos que plantean hoy más que nunca los medios de comunicación. Desde su experiencia docente, administrativa -fue director general del Libro- y literaria -ha escrito tratados y artículos de economía y de comunicación-, ha abordado en su último libro titulado socied@d digit@l. Del 'homo sapiens' al 'homo digitalis (Alianza Editorial), entre otros temas significativos, los de Internet, banda ancha, prensa digital, teleeducación..., pilares e la nueva revolución tecnológica y comunicativa. Terceiro tiene claro que los analfabetos del siglo que está en puertas serán aquellos que no sepan manejar un teclado de ordenador.

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Pregunta. ¿Qué le llama la atención sobre la sociedad de la información a un catedrático de Economía que ha pasado ya de los cincuenta años?

Respuesta. Puede que hasta me consideren predicador y probablemente con razón por proponer los mensajes de la nueva cultura. Pero conviene que se pongan al día no sólo las nuevas generaciones sino también los cuarentones y cincuentones. Las herramientas y posibilidades de la nueva comunicación deben dejar de ser considerados como un arcano. Por lo demás, mi interés por estos temas no es de ahora ya que desde hace 20 años me preocupo por estas cosas -estaba conectado a Compuserve cuando nadie lo hacía-, pero está claro que vivimos una etapa decisiva, caracterizada por una nueva cultura que, o se abraza uno a ella, o corre el peligro de convertirse en un ciudadano del siglo pasado.

P. Usted cree que serán analfabetos los que no sepan usar el teclado de ordenador. ¿No podría volverse el argumento al revés, de tal manera que el ordenador produjera nuevos analfabetos?

R. Cuando me refiero a que los analfabetos del siglo XXI serán los que no sepan manejar el teclado de un ordenador quiero decir que éstos tendrán menos posibilidades de acceder al fabuloso mundo de la información. Pero la cosa tiene sus peligros, ya que el repetido uso del ordenador puede provocar una ilusión enormemente preocupante, sobre todo en el supuesto de que nos quedemos conformes con el menú que nos faciliten. En ese caso la realidad puede convertirse en mera virtualidad.

P. ¿España se ha incorporado con retraso a la revolución de la informática y de las telecomunicaciones?

R. Sí, pero con un retraso no excesivo. Se podría decir que con unos cinco años en relación con Estados Unidos. ¿Causas? Tenemos nuestras peculiariedades. Por ejemplo, había muy poca gente que hablara inglés porque nuestra segunda cultura era más francesa. Ahora ya es más fácil dominar la jerga on line. Otra barrera residía en muchos ejecutivos, que identificaban el manejo de un teclado con el trabajo de una secretaria. El tema de las funciones sociales de las telecomunicaciones se abordó aquí hace muchos anos, pero los esfuerzos han sido poco transparentes y hasta ahora no no habían calado con un grado de apasionamiento como el actual.

P. Los expertos coinciden en señalar que la tecnología ya está disponible, pero eso no quiere decir que las aplicaciones vayan a llegar de forma inmediata.

R. En este punto soy optimista, entre otras razones porque observo que los precios de los aparatos se están viniendo abajo. Y ello es garantía de que los servicios se generalizarán muy pronto. Transcurrieron 110 años entre la invención de la fotografía y su uso comercial. La radio tardó 35 años en asentarse en el mercado y la televisión tan sólo 15 años. Hoy los modelos informáticos y comunicativos cambian cada año con los nuevos chips. Los efectos de esta revolución van a ser mucho más importantes aunque todavía no sepamos con claridad en qué van a consistir.

P. ¿Podría citar algunas aplicaciones concretas de las nuevas tecnologías?

R. Telecompra, teletrabajo, teleeducación, comunicaciones para discapacitados, dinero electrónico..., son algunas. Me llama la atención ésta última aplicación, porque puede cambiar el sistema monetario internacional. Incluso se podrá llegar a que el dinero privado ofrezca más confianza que la deuda del Estado. ¿Qué puede pasar, por ejemplo, en el momento en que El Corte Inglés se convierta en emisor de dinero digital? Por otra parte el teletrabajo se va a generalizar. Trabajar a distancia no implica necesariamente la pérdida de productividad. Muchos empleados ya trabajan sin despacho en sus empresas o utilizan despachos temporales. También la enseñanza va a resultar favorecida, al menos en dos sentidos: en primer lugar porque con la tecnología digital la distribución de los libros, que supone el 50% de los costes, se va a abaratar; y en segundo lugar, porque los contenidos educativos se van a hacer más universales. Sólo hay un pequeño problema: el rechazo numantino de algunos profesores.

P. Una cuestión nada menor es si el usuario, entendido como el consumidor medio, está dispuesto a pagar todo esto.

R. Sin duda lo hará. Los ciudadanos están deseosos de comunicación. Para ello destinarán a la nueva comunicación parte de su presupuesto global que ahora dedica a otro tipo de consumo o reordenarán su actual presupuesto comunicativo. Podemos poner algunos ejemplos. Un melómano ahora paga 3.000 pesetas por un disco compacto. Cuando pueda pedirlo a través de su ordenador a un centro de venta y almacenarlo en la memoria de su máquina seguramente le costará menos de la mitad del precio que paga ahora por comprarlo en la tienda. Otro ejemplo: la Enciclopedia Británica cuesta 220.000 pesetas, más el coste de ponerla al día. Pues bien, por 14.000 pesetas al año se puede tener acceso actualizado a la misma enciclopedia a través de Internet.

P. El paradigma de la nueva era parece ser Internet. ¿Es bueno que se mantenga como una red de libre acceso?

R. Es inevitable que se mantenga como red abierta. No se pueden poner puertas al campo. Creo que se debería sacar más provecho a Internet en España. Faltan aquí sistemas tipo Conpuserve y On Line que faciliten el acceso a Internet a un precio muy reducido. Quizás las soluciones tipo InfoVía puedan ser las adecuadas.

P. Entre las nuevas aplicaciones de la tecnología usted destaca en su libro las que se refieren a la prensa electrónica.

R. Efectivamente. Y en este tema me sitúo en la línea del gran pope de la prensa del futuro, Nicholas Negroponte, del Instituto de Tecnología de Massachussets, quien plantea la subsistencia de la prensa en la era de las pantallas. La televisión tiene ciertas ventajas en el sentido de que llama más la atención. Sin embargo el periodismo escrito ofrece un contenido más reflexivo. En un próximo futuro no se distinguirá el periodismo escrito del audiovisual, puesto que desde el mando a distancia se van a poder graduar las necesidades de información en cada momento del día o. de la semana. La diferencia estará, por tanto, en los contenidos. Vendrán a través de las redes electrónicas tales montañas de información que lo más importante será el análisis y la orientación de los expertos y periodistas. Está llegando la hora del periodismo de estudio y de chequeo.

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